En cada lugar de trabajo, existe una mezcla de personalidades, estilos de trabajo y perspectivas. Sin embargo, los miembros de la Generación Z cuestionan más a menudo, cambian de trabajo con mayor frecuencia y no temen priorizar su bienestar personal sobre la estabilidad laboral.
Según un estudio realizado por ResumeGenius, los jefes de la Generación Z consideran que dirigir a trabajadores de su misma generación puede ser un desafío.
Los nacidos entre 1997 y 2010 son los primeros en haber crecido completamente inmersos en la era digital. Su relación con la tecnología y su exposición constante a redes sociales han moldeado su manera de interactuar, también en el trabajo. Esto se traduce en una tendencia hacia la transparencia y a expresar abiertamente sus opiniones y deseos, algo que muchas veces se interpreta como inconformismo.
No solo las generaciones mayores tienen dificultades para dirigir a los trabajadores de la Generación Z. El estudio de ResumeGenius revela que el 45% de los jefes de esta misma generación consideran que sus contemporáneos son los más difíciles de gestionar.
En comparación, solo el 26% prefiere a los Millennials, mientras que los Baby Boomers, quienes en teoría podrían tener una mayor brecha generacional, son valorados positivamente por un 9%.
Por su parte, un informe de McKinsey destaca que la Generación Z busca trabajos que respeten sus valores personales y prioricen su bienestar mental. Sin embargo, esto puede generar tensiones con empleadores que esperan lealtad y una permanencia prolongada.
Asimismo, una encuesta realizada por PapersOwl en Estados Unidos refleja que el 95% de los trabajadores de la Generación Z considera aceptable aprovecharse de ciertas condiciones laborales si estas no se ajustan a sus expectativas. Esto incluye desde mentir sobre una enfermedad hasta gestionar tareas personales durante las horas de trabajo.
Aunque los estereotipos puedan pintar a la Generación Z como empleados problemáticos, la realidad es que están liderando un cambio en las dinámicas laborales.
MSN.