Espero que se encuentren bien en este martes, hoy me inspire mucho acerca de un tema que en verdad me es preocupante y que conforme he recorrido la maestría en gobernanza y políticas públicas, lo he analizado, pero cada vez que profundizó en ello me doy cuenta que los problemas a raíz son inmensos.
En la columna pasada hice mi observación hacia como nos encontramos en la política y mi romanticismo o idealismo, como dirían muchos, pero es en realidad querer cambiar nuestra situación en el país, ¿saben que? hoy no me considero nada de esto, me considero realista y más que romántica... ¡¡¡fuerte!!! ante las decisiones reales que se tienen que tomar para llegar a la verdadera transformación de nuestro país de la que tanto hablo, a mucho les faltan... carácter para poder hacerlo pues siempre van intereses de por medio o tienen miedo a enfrentar lo que realmente puede traer una transformación y aquello se llaman intereses propios de los que tanto he hablado, justo es lo que pasa al realizar las políticas públicas, hay varias teorías de diversos autores tales como Álvarez, Ruth, Bourdieu, que han estado dentro de este estudio y me encantaría poder darles una explicación muy extensa pero se los voy a resumir a manera que se entienda.
Una política pública en resumen es la manera de darle solución a una problemática, su formulación e implementación de una manera sencilla de explicar es la siguiente: primero se detecta el problema, se analiza, se propone una solución, se pasa a votación (que en nuestro país así es), para posteriormente si es aprobada ejecutarla, finalmente medir que tan efectiva es.
Se escucha muy sencillo ¿no? pues si en general así debería de ser para cualquier funcionario (funcionario es todo aquel que tiene algún cargo para la administración de cualquier orden de gobierno o administración pública).
En el camino de proponer una solución y pasarla a votación, nos encontramos mayormente con el problema económico donde entran diversos intereses, necesitan hacer negociaciones, entran los intereses políticos, partidistas o incluso los mismísimos intereses propios, entre otros factores más que conllevan a la poca efectividad, el poco tiempo de ejecución, a la pérdida de millones de pesos, la permanencia y continuidad de estas, y a la poca efectividad de la mayoría de las políticas públicas en nuestro país.
¿Como lo podemos resolver?
Es muy sencillo poniendo a funcionarios que su interés sea puro por ayudar a nuestro país, que los funcionarios tengan valor y responsabilidad con México y sus compatriotas.
Pensemos en el México que queremos transformar para nuestras familias, pensemos si ellos se sentirán orgullosos de lo que han dejado, dejemos de pensar en el dicho... "a que lloren en mi casa mejor en la tuya", al final el poder y el dinero siempre cobran factura.