El próximo lunes 3 de febrero, habitantes de El Salto, Puente Grande, Tonalá, Juacatlán, La Cofradía y Jardines de la Barranca, presentarán una queja ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco (CEDH) para denunciar un genocidio que se ocultó por una década.
Según una investigación realizada por RT, durante diez años se escondió un estudio realizado por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, el cuál muestra que pobladores de diferentes entidades han sido envenenados por los desechos tóxicos que arrojan las grandes empresas al río Santiago.
Lunes 3 de enero a las 11:00, habitantes de El Salto, Juanacatlán y otras poblaciones de la cuenca del Río Santiago presentarán queja ante la @CEDHJ por el estudio oculto por diez años sobre el impacto a la salud de los niños por tóxicos y la contaminación. pic.twitter.com/WlfZlRxfsX
— JCRToral (@granadazoinf) February 1, 2020
Al parecer, la Comisión Estatal del Agua de Jalisco mantuvo bajo reserva y con confidencialidad esta investigación que revela la alta concentración de metales pesados en el cuerpo de niños que habitan en la orilla de este río, mientras que industriales mexicanos y extranjeros se han beneficiado de esto.
El estudio fue realizado a 330 niños de las localidades afectadas, sin embargo, los investigadores creen que al tratarse de una muestra representativa, se estima que más de la mitad de la población está afectada.
“Los resultados de la población infantil respecto a los tóxicos ambientales, mostraron altas prevalencias de exposición a cadmio (77 %), a compuestos orgánicos persistentes totales (74 %), a mercurio (60 %), al ácido trans-mucónico (benceno, con 43 %), así como a plomo (35 %) y arsénico (30 %)”, revelaron expertos en un informe publicado el pasado mes de enero.
Además, declararon que las altas concentraciones de cadmio encontradas en la orina puede derivar insuficiencia renal, mientras que las de benceno pueden causar daños cognitivos.
El pasado 14 de febrero del 2008, un niño, identificado como Miguel Ángel López Rocha murió luego de caer al río Santiago y tras diversos estudios, los médicos encontraron que el menor tenía niveles de arsénico de hasta 400% más altos que el máximo permisible, lo que ocasionó su muerte.
Desde entonces, pobladores han reclamando por años los efectos de la alta exposición al agua contaminada y emprenden una batalla jurídica y política para remediar los daños que han ocasionado los tóxicos que están en el agua que llega a sus casas.
Cabe señalar que actualmente, activistas y académicos han denominado al río Santiago como “el más contaminado de México”.
Por su parte, los pobladores continúan con su lucha y convocan a la gente a participar en la denuncia de este genocidio silencioso el próximo lunes.
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