Trabajadores de la empresa Grupo Karim’s rompieron el silencio tras haber recibido presuntamente una dosis de la vacuna rusa Sputnik V.
A través de medios de información se enteraron que el pasado 17 de marzo autoridades del SAT y militares decomisaron, en el aeropuerto internacional de Campeche, un lote de vacunas que estaban ocultas entre golosinas y refrescos en una hielera y las cuales serían trasladadas a Honduras y que presuntamente pertenecían al dueño de la empresa en la que laboran.
"Lo que nos dijeron es que el dueño había conseguido un lote, pero era voluntaria la aplicación, muchos quisieron, ¿quién no va a querer una vacuna anticovid?
"En una lista aparecía tu nombre, firmabas y ahí constaba que te estaban aplicando una vacuna, pero no entregaron una constancia. Pasamos a enfermería donde tenían unas hieleritas chiquititas, ahí tenían la vacuna ya lista, nos la aplicaron y no se sintió”, declaró un trabajador quien pidió el anonimato por miedo a represalias.
Presuntamente más de mil empleados se aplicaron la vacuna. Días antes, los encargados de enfermería y supervisores de la empresa realizaron una campaña de vacunación.
Ahora, los trabajadores temen por su salud.
"El periódico y las noticias publican que (las vacunas) son falsas. Queremos saber qué es lo que nos inyectaron, porque nadie nos dice nada, lo único que nos comentaron es que se trató de la (vacuna) original, cualquier gerente o personal de ellos te dicen: ‘¿tú crees que el dueño haya gastado tantos millones y prestar su nombre para comprar algo falso?”.
Empero, los trabajadores se dicen inconformes con la respuesta y exigen claridad.
“Ellos nos dicen que es un problema político, legal, le pregunté a un doctor y me dijo que era un asunto político y que querían más dinero”.
Cabe destacar que ayer, a través de un comunicado dirigido a la población hondureña, Grupo Karim’s reconoció la adquisición de las vacunas para ingresarlas a Honduras y aplicarla a su personal.