El Starship 9, nuevo prototipo de cohete de SpaceX, se estrelló y explotó en llamas al término de un vuelo de prueba este martes, según mostraron las imágenes difundidas por la compañía fundada por Elon Musk.
La nave, que SpaceX intenta llevar a Marte, despegó, ascendió unos 10 kilómetros y al tocar tierra explotó creando una gran bola de fuego.
“Volvimos a tener otro gran vuelo. Sólo tenemos que trabajar un poco en el aterrizaje”, manifestó el ingeniero de SpaceX, John Insprucker, durante la transmisión en vivo.
“Obtuvimos muchos datos buenos, y el objetivo principal, demostrar el control del vehículo en la reentrada subsónica, parecía ser muy bueno, y sacaremos mucho de eso”, agregó el especialista.
El fundador de la compañía, Elon Musk, estuvo inusualmente callado en las redes sociales, tras anunciar el lunes por la noche que estaba “fuera de Twitter por un tiempo”.
El cohete fue autorizado para despegar desde Boca Chica, Texas, por la Administración Federal de Aviación de los Estados Unidos. Las autoridades retrasaron ese permiso después de revelar que el último lanzamiento de la compañía había violado los términos de su licencia.
El cohete despegó sin problemas hacia las 15:30 hora local (20.30 GMT) y apagó progresivamente sus motores al alcanzar una altura de 10 kilómetros (seis millas), para luego realizar una serie de maniobras de prueba en posición horizontal “belly flop”.
Fue cuando el cohete intentó volver a la posición vertical para aterrizar cuando empezaron los problemas, ya que las imágenes muestran que entró demasiado rápido y en un mal ángulo.
Aterrizó con un estruendo ensordecedor y estalló en llamas de color naranja brillante y una nube de polvo, pero el fuego no se propagó.
La de este martes fue la segunda explosión de este tipo después de que el último prototipo sufriera un destino similar el pasado mes de diciembre.
El pasado 9 de diciembre, el prototipo de nave espacial SN8, en el marco de una prueba de vuelo suborbital a gran altitud, no logró aterrizar satisfactoriamente y terminó explotando. La prueba se desarrolló en el condado de Cameron, estado de Texas, en Estados Unidos.
El objetivo era lanzar el Starship a una altitud de 12,5 kilómetros (8 millas) -la mayor hasta ahora- y posteriormente regresar la nave para un aterrizaje vertical. Este suave descenso se espera que sea sin motor, similar al de un paracaidista.
La compañía ya ha realizado cinco vuelos de prueba del Starship, pero esos modelos previos, más simples, no han subido a más de 150 metros (490 pies). La versión de acero en la plataforma de lanzamientos del martes fue la primera con una nariz de cono, flaps en el cuerpo y tres motores Raptor.
SpaceX tiene una instalación en Boca Chica, en el extremo sureste de Texas junto a la frontera con México, para construir y probar sus Starships. La compañía planea usar los cohetes Starship -la etapa sobre los propulsores Super Heavy- para poner en órbita satélites de grandes dimensiones y para enviar personas y carga a la luna y a Marte.
Este tipo de transporte está conformado por dos elementos completamente reutilizables: una nave espacial de acero inoxidable de 50 metros, llamada Starship, y un cohete gigante llamado Super Heavy.
Por su parte, la empresa fudada por Elon Musk anunció este lunes su plan de enviar la primera misión al espacio con tripulación exclusivamente civil, lo que representa un gran paso de la compañía en su ambición de impulsar los vuelos espaciales privados y la incipiente industria del turismo espacial.
La misión se realizará a bordo de la nave espacial Dragon, y contará con cuatro tripulantes, con Jared Isaacman, fundador de Shift 4 Payments, a la cabeza. SpaceX anunció que la misión se llevará a cabo durante el cuarto trimestre del año.