El régimen iraní mostró su apoyo popular el viernes en Teherán, donde cientos de manifestantes se posicionaron a favor de los ayatolás y del velo obligatorio para las mujeres.
Los manifestantes pidieron que se "ejecute" a quienes se manifiesten contra el velo. A su vez, el presidente iraní Ebrahim Raisiha comparado a los manifestantes con enemigos del Estado.
"Ellos (los enemigos) quieren montar una ola y crear disturbios y revueltas. Creen que con esos movimientos pueden detener a la nación. Hemos anunciado muchas veces que si alguien tiene un comentario justo, lo escucharemos. ¿Pero la anarquía? ¿Perturbar la seguridad nacional? ¿La seguridad de la gente? Nadie sucumbirá a esto", declaró en público el presidente.
Tras una semana de manifestaciones por la muerte de la joven Mahsa Amini, el número de muertos ha aumentado a 26, según el régimen.
Siguiendo el ejemplo de sus compatriotas en todo Irán, decenas de iraníes han protestado cortándose el pelo y quemando hiyabs frente a la embajada iraní en Bruselas.
El clamor contra el régimen también se ha escuchado frente a la embajada en Noruega.