El certificado acredita que los portadores han sido vacunados con al menos una dosis, se han recuperado del virus o han dado negativo a un test en las 48 horas anteriores
El gobierno de Italia decretó el jueves obligatorio el pasaporte sanitario contra el coronavirus para los profesores y los pasajeros del transporte público, incluidos los vuelos nacionales, los transbordadores y los trenes de larga distancia.
El llamado Green Pass, una extensión del certificado digital COVID-19 de la Unión Europea, se exigirá a partir del viernes para entrar en cines, museos y recintos deportivos cubiertos, o para comer en restaurantes cerrados.
El certificado sanitario acredita que los portadores han sido vacunados con al menos una dosis, se han recuperado del COVID-19 en los últimos seis meses o han dado negativo a un test en las 48 horas anteriores.
Según el nuevo decreto ley, el personal escolar y universitario necesitará el pase, al igual que los estudiantes universitarios.
El personal que no lo tenga durante cinco días seguidos será suspendido y se le congelará el sueldo, según los medios italianos.
El ministro de Educación, Patrizio Bianchi, dijo en una rueda de prensa que más del 86% del personal escolar había sido vacunado, y que la cifra podría acercarse al 90 por ciento.
El ministro de Sanidad, Roberto Speranza, hizo por su parte un llamamiento a las familias para que vacunen a los niños mayores de 12 años, y dijo que los adolescentes podrán acceder a los test rápidos de detección de COVID-19 a precio reducido.
El Green Pass también será obligatorio en vuelos nacionales, trenes y algunos servicios de ferry a partir del 1 de septiembre.
Italia fue el primer país de Europa que obligó a los médicos y al personal sanitario del sector público y privado a vacunarse.