El Día de Muertos es una de las celebraciones más importantes de México, donde los altares conectan el mundo de los vivos con el de los muertos, mostrando amor y respeto por quienes han fallecido.
Los 7 niveles de la ofrenda
Cada altar se organiza en siete niveles, con significados que combinan creencias prehispánicas y la influencia del catolicismo:
- Nivel 1: El Santo protector – Imagen de un santo que guía y protege las almas.
- Nivel 2: Las ánimas del purgatorio – Espacio para las almas que aún buscan paz.
- Nivel 3: Elemento de purificación – Sal para limpiar y proteger el espíritu.
- Nivel 4: La conexión con el alma – Pan de Muerto como símbolo de vida y muerte.
- Nivel 5: La comida – Platillos y bebidas favoritas del difunto.
- Nivel 6: El recuerdo – Fotografías para mantener viva la memoria del ser querido.
- Nivel 7: Símbolo de protección – Cruz con pétalos de cempasúchil, fusionando creencias indígenas y católicas.
Elementos esenciales en toda ofrenda
Algunos elementos que no pueden faltar son:
- Agua: Para saciar la sed de los difuntos.
- Velas: Para guiarlos en su camino.
- Copal o incienso: Para limpiar y ahuyentar malos espíritus.
- Flores de cempasúchil: Para marcar el camino hacia el altar.
- Calaveritas de azúcar y papel picado: Símbolos de la vida y la muerte, llenando de color y movimiento la ofrenda.
El número siete y su simbolismo
El siete tiene un significado religioso importante: se relaciona con los sacramentos, virtudes y elementos del Apocalipsis, reforzando la conexión espiritual y cultural de la tradición mexicana.