Diciembre siempre llega con ese ambiente festivo que nos pone de buenas: posadas, cenas, regalitos y convivios por todos lados.
Pero detrás de toda esa vibra alegre, especialistas en salud avisan que este mes también viene con un combo no tan bonito: repunte de eventos cardíacos y un aumento de peso prácticamente asegurado si no se tiene cuidado. Cardiólogos y bariatras cuentan que diciembre es de los meses con más emergencias por problemas del corazón y que incluso la mortalidad puede subir entre 3 y 5% comparado con el resto del año.
El problema es que mucha gente minimiza señales de alerta como cansancio excesivo, presión en el pecho, palpitaciones o falta de aire, creyendo que “es el estrés” o “ya se me pasará”. A eso se le suman factores súper comunes de la temporada: comidas pesadas, sal y grasa a lo loco, alcohol, estrés acumulado y cambios bruscos de temperatura. Si alguien ya tiene hipertensión, diabetes, obesidad o antecedentes, el riesgo se eleva todavía más.
La báscula no perdona: diciembre sube kilos rápido
El Médico Bariatra David Montalvo Castro explica que diciembre es un mes crítico porque la ingesta calórica se dispara sin que nos demos cuenta. Y sí, los “poquitos” se convierten en kilos completos que luego requieren semanas de disciplina para quitarlos. En promedio, el aumento de peso es así:
Hombres: 2–3 kg
Mujeres: cerca de 4 kg
Niños: 2 kg
Pero si ya existe obesidad, la cosa se duplica:
Hombres: hasta 4 kg
Mujeres: 6 kg o más
Niños: 3–4 kg
Montalvo es claro: recuperar 12 o 15 kg puede llevar más de dos meses con una dieta estricta. El cuerpo transforma cualquier exceso energético en grasa, así que no hay escapatoria. Y para rematar, muchos pacientes suspenden sus medicamentos para poder beber alcohol en fiestas, lo cual puede provocar crisis hipertensivas, descompensaciones metabólicas y emergencias hospitalarias.
Se puede disfrutar sin perder la salud en el intento
Aunque el ejercicio ayuda —y muchísimo—, la alimentación es la parte que más define cómo llegamos a enero. Las recomendaciones claves de los especialistas incluyen:
Consumir verduras y ensaladas sin aderezos pesados, hidratarse con agua natural, preferir carnes blancas al vapor, horno o asadas, elegir frutas de temporada, evitar ayunos prolongados, reducir harinas refinadas y azúcares, controlar porciones, comer despacio y mantener actividad física regular.
En resumen, diciembre sí puede ser un mes de mucho riesgo por los excesos, el estrés y el desorden de horarios… pero no significa que no se puedan disfrutar las fiestas. La clave está en moderarse, escuchar al cuerpo y mantener hábitos conscientes para evitar arrancar el año con problemas prevenibles.
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