Gemma Gracian rememora su infancia en los lavaderos de Santa Bárbara Almoloya

La conexión con la comunidad le permitió compartir vivencias entrañables, en este sitio ancestral, situado detrás de la iglesia de Almoloya, las usuarias llegan a pie, en bicicleta o incluso en vehículo, convergiendo para compartir un espacio que data de la época prehispánica. Aunque no hay documentos históricos que detallen la historia de estos lavaderos, los habitantes consideran un privilegio contar con ellos, parte esencial de los usos y costumbres de la junta auxiliar Santa Bárbara Almoloya.

Los lavaderos son un lugar sagrado bajo el resguardo del pueblo, regidos por un reglamento que destaca el respeto a la fuente de agua cristalina. El área, rodeada de árboles justo detrás de la iglesia, se presenta como un espacio comunitario, prohibiendo el lucro y enfatizando el respeto hacia la naturaleza.

Además de su función práctica, los lavaderos de Almoloya cuentan con un significado espiritual. El fiscal de la iglesia, Adrián Aguilar Velázquez, destaca que el manantial, antes de la Conquista, tenía uso colectivo y, tras la construcción de la iglesia por los franciscanos, quedó en el interior. Actualmente, visitantes acuden creyendo en la naturaleza milagrosa del agua, buscando limpiarse de enfermedades como la viruela y varicela.

En resumen, la visita de Gemma Gracian a los lavaderos de Santa Bárbara Almoloya se convierte en un emotivo viaje al pasado, conectando generaciones y destacando la importancia cultural y espiritual de este espacio comunitario.