Ante los reclamos del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) contra los sacerdotes de la iglesia católica por lo que consideró su falta de acción durante el sexenio del expresidente Felipe Calderón, el párroco jesuita Javier "Pato" Ávila enlistó sus participaciones en la defensa de los derechos humanos y acciones para defender a la población de la violencia en la Sierra Tarahumara.
En primer lugar, rememoró que justamente durante el sexenio de Felipe Calderón, en 2008, él protegió la escena del crimen de una masacre en Creel, Chihuahua el 16 de agosto de 2008, cuando un comando armado disparó contra un grupo de personas en una fiesta y mató a 13 personas, entre ellas, un bebé de menos de un año de edad.
"¿Nunca hemos protestado por las masacres? No sé si recuerda la primera masacre de los últimos tiempos en el país, en Creel, en 2008, 16 de agosto. Yo levanté la voz, estuve protegiendo yo como sacerdote, como pastor, el espacio durante 4 horas los 13 cuerpos.
"No recojas estos cartuchos, ese cuerpo no lo toques, etcétera. Durante ese tiempo estuve protegiéndolos con las familias. A raíz de esa masacre yo entré al mecanismo de protección, tengo medidas cautelares precisamente por levantar la voz y señalar", dijo en entrevista.
Dicha acción fue una más de las que él particularmente ha realizado en la Sierra Tarahumara desde su llegada hace más de 3 décadas y que derivó en la creación de la Comisión de Solidaridad y Defensa de los Derechos Humanos, A.C. (Cosyddhac). En aquel momento, 1988, el último año de gobierno de Carlos Salinas de Gortari, denunciaron una serie de torturas, vejaciones y privaciones de la libertad en una comunidad indígena por parte de la autoridad militar.
"Yo llevaba un año en Sierra Tarahumara cuando fue la primera vez que levanté la voz por dos homicidios perpetrados injustamente por elementos del Ejército. Ahí empezó mi lucha por los derechos humanos. Luego recuerdo la creación de Cosyddhac, nació precisamente a raíz de un levantamiento de voces que hicimos como iglesia. Ya gritábamos, hicimos marchas, hicimos una campaña que pegó mucho en el norte, que se llamaba 'tortura nunca más'" relató.
También secundó las declaraciones del secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Monseñor Ramón Castro y Castro, en el sentido de que tienen pruebas para demostrar que la iglesia ha levantado la voz contra la violencia en muchos momentos sin importar el partido en el gobierno.
Por ello, consideró que los comentarios de reclamo de parte de AMLO sólo reflejan un gran desconocimiento del trabajo que los religiosos han realizado contra la violencia en el país en general y en la Sierra Tarahumara en particular.
"Se me hacen muy viscerales esas afirmaciones. Se me hacen muy poco afortunadas, hablan de un desconocimiento muy grande del trabajo de la iglesia en general y sobre todo el trabajo de nosotros (los jesuitas) en la Tarahumara", lanzó.
Confía en hallar al responsable de asesinatos en la Sierra Tarahumara
Sobre los avances en las pesquisas tras el homicidio de dos sacerdotes jesuitas la semana pasada en Cerocahui, en la Sierra Tarahumara, Javier Ávila relató que tienen conocimiento de que los operativos siguen, pero se ha reducido el número de elementos que participa en ellos.
"Siguen (los operativos), no sé qué tanto personal esté participando. Según reportes que tengo, ha bajado mucho el número de personal de la Guardia (Nacional), de la Sedena, de la policía investigadora, la policía ministerial estatal en la región; pero presumiblemente se sigue la búsqueda", dijo.
Al respecto del caso, del que se señala como responsable a José Noriel Portillo, apodado "El Chueco", resaltó que la comunidad jesuita sólo pide justicia y la aplicación cabal de la ley, por lo que espera que no se desate violencia en la zona de la Sierra Tarahumara.