Por: Cortesía

Nacional

Disminuye la pobreza laboral, pero no lo suficiente para llegar al nivel prepandemia

Antes de la emergencia sanitaria por la Covid-19, el 35.6% de las personas en el país se encontraba en pobreza por ingresos laborales; para el segundo trimestre del 2021 esa proporción fue de 38.5% de la población. Mujeres y personas en la informalidad son las más afectadas.

 A pesar de que el empleo ya regresó a sus niveles prepandemia, los ingresos de los trabajadores no han avanzado al mismo ritmo. De acuerdo con el Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), en el segundo trimestre del año la pobreza laboral alcanzó a 38.5% de la población, casi tres puntos por arriba de lo reportado antes de la emergencia sanitaria por la Covid-19. Además se amplió la brecha salarial entre mujeres y hombres.

El Coneval dio a conocer este fin de semana los resultados de la medición de la pobreza laboral. De acuerdo con el reporte, el porcentaje de personas a quienes sus ingresos no les alcanza para comprar una canasta básica se redujo 0.8 puntos entre el primer y el segundo trimestre del 2021, al pasar de 39.4 a 38.5 por ciento.

Entre los factores que explican este avance en la erradicación de la pobreza está el aumento trimestral de 2.9% en el ingreso real que reciben las personas que trabajan. También, en la recuperación de 3.1% en la masa salarial, es decir, en la cantidad que las personas trabajadoras, en conjunto, reciben como pago por su labor. El incremento en el empleo de 4.9% ha sido otro elemento sustancial.

Sin embargo, dicho nivel es todavía superior a lo reportado para el primer trimestre de 2020, antes de la suspensión de actividades económicas no esenciales por la pandemia, cuando 35.6% de la población se encontraba en esta situación. De esta manera, la carencia de ingresos por el trabajo afecta actualmente a 49 millones de personas, 4.2 millones más que antes de la pandemia.

En el segundo trimestre de 2021, el ingreso laboral real por persona en el primer quintil, donde se ubican quienes menos ganan, fue de 118 pesos, en promedio. A inicios de año la cantidad que recibían era de 92 pesos, por lo que el incremento fue de 20.0 por ciento.

El poder adquisitivo de los ingresos por trabajo también presentó un aumento de 11.7% respecto del arranque del 2021. Sin embargo, también sigue por debajo del reportado previo a la crisis sanitaria. En el primer semestre del año el ingreso laboral per cápita en promedio pasó de 1,827 a 1,879 pesos. Pero en el primer trimestre de 2020 era de 1,919 pesos.

De acuerdo con el Coneval, entre abril y junio de este año, los hombres ganaron 4,755 pesos al mes y las mujeres, 3,803 pesos mensuales. Es decir que la brecha salarial de género en el segundo trimestre fue de casi 1,000 pesos, mientras que en el primer trimestre ésta fue de 856.

 

Informalidad, la más castigada

El tercer trimestre de 2020 ha sido el periodo más alto en el porcentaje de personas que, aunque trabajan, su ingreso no les alcanza para salir de la pobreza. En aquel momento el 44.3% de la población se encontraba en ese problema. A partir de ese pico, Coneval ha ido reportando una disminución trimestre a trimestre, hasta llegar al 38.5% actual.

Además de las mujeres, otra población que marcó retrocesos es aquella que labora en el sector informal. El 21.2% de quienes laboran sin un contrato ni prestaciones tiene un ingreso laboral promedio por debajo de la canasta alimentaria. En el primer trimestre del año, 19.8% estaba en esta condición.

Quienes trabajan en la industria extractiva y de la electricidad informal tuvieron una disminución importante en su ingreso laboral entre el primer y el segundo trimestre del año, con una baja de 39.5 por ciento. El segundo renglón más afectado fuera de la formalidad fue el de las trabajadoras y trabajadores de servicios profesionales, financieros y corporativos, quienes vieron reducidos sus ingresos en 3.5 por ciento.

Otra brecha que no logra eliminarse es la de personas indígenas y aquellas que no lo son. El ingreso laboral real en los municipios no indígenas fue de 4,585 pesos, el doble de lo que obtienen quienes viven y trabajan en localidades originarias: 2,256 pesos.

De acuerdo con el Coneval, Hidalgo fue la entidad que más redujo la pobreza laboral, con 6.8 puntos porcentuales, pero su tasa sigue siendo alta: 43.3 por ciento, por lo que se encuentra entre las cinco con mayor población en esa condición. Chiapas, Guerreo, Oaxaca y Tlaxcala le anteceden.

 

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