“Sí tengo miedo” ante el COVID-19, dice Mayra González, asistente médica en el Hospital General Regional 200 del IMSS, donde “se vive una tensión tremenda”, ya que el 50 por ciento de una plantilla aproximada de dos mil 500 trabajadores ya ha solicitado licencia por algún motivo, lo cual ha llevado a contratar a personal nuevo que no tiene base.
En este nosocomio en Tecámac, a un lado de Santa Lucía, Estado de México, designado como lugar de “contención” del COVID-19, hasta el viernes se habían confirmado cinco casos positivos, 18 sospechosos y ningún deceso.
De acuerdo con Mayra, si bien en esta área el personal tiene botas, “el traje de astronauta”, cubrebocas, la careta y guantes, en el resto del lugar, el personal de farmacia, archivos y los propios asistentes médicos no tienen guantes, careta e, incluso, gel, por lo cual el personal tuvo que “meter presión” para abastecerles.
Mayra considera que hasta ahora este hospital está en buenas condiciones, pero “el problema va a ser si esto se llega a salir del control y que se lleguen a infectar todos juntos. Ahí se va a ser un verdadero caos”.
“Estamos como en guerra (como en el Ejército). Igual aquí, tú estás obligado, desde el momento en que firmas un contrato en tiempos de pandemia, todos tenemos que hacer frente”, relata.