En los primeros seis meses del 2022 se registraron 14 mil 400 casos de homicidio doloso en México, lo que se tradujo en una reducción del 9.86 por ciento respecto al primer semestre del año anterior.
Sin embargo, a diferencia de lo que presumió el gobierno federal, esto no representó bajo ninguna circunstancia una buena noticia, pues los datos oficiales no tomaron en cuenta la cifra negra, es decir, los delitos no reportados, que representaron un 93% del total, advirtió el Observatorio Nacional Ciudadano de Seguridad, Justicia y Legalidad (ONC) en su último informe.
En su “Reporte semestral de incidencia delictiva 2022″, el ONC añadió que del total de víctimas de homicidio doloso en el periodo de enero a junio, 2 mil 462 correspondieron a carpetas de investigación iniciadas por casos de multihomicidio, lo que a su vez apuntó a casos relacionados con la delincuencia organizada.
También indicó que, a diferencia de lo que ocurrió en otras partes del mundo, las restricciones de la pandemia no lograron impactar considerablemente en la reducción de este delito.
El director del ONC, Francisco Rivas, detalló que si se observa el número de carpetas de investigación, resalta que México siguió en máximos históricos. Considerando la tendencia de este año, dijo que es muy probable que 2022 cierre como el quinto año más violento en materia de víctimas por asesinato. Solo estaría detrás de 2019 (el peor año de la historia), 2020, 2018 y 2021.
El análisis del ONC reveló que en un día promedio en dicho periodo se iniciaron en el país 74 carpetas de investigación por homicidio doloso, así como tres por feminicidio, 46 por homicidio culposo, dos por secuestro, 66 por violación, 748 por violencia familiar y 243 por narcomenudeo.
“Es importante señalar que estos datos oficiales apenas reflejan el 7% del total de los delitos. Si nosotros analizamos lo que nos han dicho las encuestas de victimización a lo largo de los años, siempre hemos estado alrededor de un 7% de carpetas de investigación que se inician, de casos que se investigan en las fiscalías locales, cuando hay un 93% de cifra negra, es decir, de delitos no reportados”, señaló en la presentación del informe el director del ONC.
“Otro aspecto que debemos recalcar es que, si bien la autoridad presume que hay 74 víctimas de homicidio doloso por día, que es menos respecto al año pasado, tenemos que recordar que en países similares a México, que pertenecen a la OCDE, en promedio los homicidios están entre 200 y 300 por año. Es decir, México en tres o cuatro días alcanza los niveles de homicidio que tienen países con una tasa de población similar, como Japón, y con otros que tienen condiciones económicas similares a nuestro país”, amplió Rivas.
“No es ningún resultado, es un fracaso que hemos mantenido, es un problema, y si bien parece que hay un freno en el homicidio doloso, ese freno está en la parte más alta de la historia”
México registró 33 mil 308 homicidios dolosos en 2021, una cifra 3.6% inferior a los asesinatos registrados el año anterior, según cifras oficiales divulgadas el pasado mes de enero. Los estados que concentraron más del 50% de esas cifras fueron Guanajuato, Estado de México, Baja California, Chihuahua, Jalisco y Michoacán, informó la secretaria de Seguridad Pública, Rosa Icela Rodríguez.
De acuerdo con el OCD, los delitos que, por el contrario, registraron un aumento en comparación con el primer semestre del año pasado fueron homicidio culposo (6.64%), extorsión (30.55%), trata de personas (20.62%), y algunos relacionados con la violencia de género como violación (12.59%) y violencia familiar (3.99%). De los delitos analizados, la extorsión fue el que más aumentó respecto al mismo periodo del año pasado, tanto en número de víctimas como en carpetas de investigación.
Respecto a la violencia contra la mujer, el ONC reportó en febrero pasado que aunque la cantidad real de mujeres víctimas de violencia familiar y violación se desconoce, 2021 acumuló el mayor número de carpetas de investigación por violación y violencia familiar desde que se tiene registro, es decir, desde 1997.
Dicha tendencia continúa a la alza, según los resultados del último semestre, pues las tasas semestrales, tanto de violencia como violencia familiar, alcanzaron su máximo histórico, lo que a su vez demuestra que la falta de seguridad para las mujeres ha aumentado mes tras mes.