El abogado de las familias, Vidulfo Rosales, expresó que Sheinbaum prometió en una reunión previa establecer una nueva metodología para abordar el caso Ayotzinapa.
En el décimo aniversario de la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, los padres continúan exigiendo justicia y verdad, a pesar de la falta de resultados tras dos administraciones presidenciales.
Los familiares compartieron sus expectativas ante la llegada de la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, y evaluaron críticamente la gestión del presidente Andrés Manuel López Obrador en este caso.
El abogado de las familias, Vidulfo Rosales, expresó que Sheinbaum prometió en una reunión previa establecer una nueva metodología para abordar el caso Ayotzinapa.
"Creemos importante esperar a que ella tome las riendas de la administración para sentarnos y diseñar esa nueva ruta", comentó. Sin embargo, destacó que la esperanza en Sheinbaum surge de la falta de alternativas legales o institucionales fuera del Gobierno.
Esperanza en Sheinbaum, recelo en López Obrador
Cristina Bautista, madre de Benjamín Ascencio Bautista, uno de los desaparecidos, se muestra optimista sobre el próximo gobierno de Sheinbaum. "Como mujer presidenta de México, como madre y luchadora social, creemos que puede haber avances en el caso", señaló.
Por otro lado, César Manuel González Contreras, padre del normalista César Manuel González Hernández, se mantiene escéptico, especialmente tras el nombramiento de Omar García Harfuch como secretario de Seguridad Pública, ya que algunas investigaciones lo relacionan con los hechos de Ayotzinapa. "Es una mala señal", afirmó.
González también criticó duramente a López Obrador, quien prometió resolver el caso durante su campaña electoral de 2018, pero fue incapaz de cumplir con esa promesa. Según González, el presidente se dedicó a "burlarse de la gente" y traicionó a los familiares de los desaparecidos.
Rosales coincidió con estas críticas y explicó que cuando las investigaciones involucraron al Ejército Mexicano, se produjo un cambio en la postura del presidente, lo que generó tensiones con los familiares.
"El Ejército presionó al Ejecutivo, y López Obrador terminó sucumbiendo", añadió.
Con el tiempo, el presidente mexicano intentó justificar la falta de avances en el caso atribuyéndolo a un "complot" de organizaciones conservadoras y organismos internacionales como la OEA y la DEA.
Finalmente, según Rosales, López Obrador intentó dividir al movimiento de los padres de los desaparecidos, aunque no logró debilitar la lucha.