A 35 años del sismo de 1985 y a tres años de los del 2017, la sociedad mexicana y las aseguradoras muestran una baja priorización en la protección de estos riesgos naturales, aseguraron participantes de la industria
De acuerdo con la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas (CNSF), la caída en la participación de las primas en terremoto y riesgos catastróficos en los últimos diez años muestra que el país sigue ‘indiferente’ a asegurarse.
La composición de las primas emitidas de la operación de daños, terremotos y otros riesgos catastróficos, pasó de 11.6 por ciento en el 2009 a 9.9 por ciento al cierre del año pasado.
Datos de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) muestran que solo 6.5 por ciento de las viviendas están aseguradas por iniciativa de sus dueños; mientras que el 20 por ciento a través de su crédito hipotecario. En tanto, de las 4.9 millones de empresas que hay en el país, solo 865 mil cuentan con un seguro; es decir, 17.65 por ciento del total de empresas en México.
“Estas cifras no suelen tener cambios considerables con el paso del tiempo, a pesar de que México, por su posición geográfica, es uno de los países más expuestos a riesgos naturales, como son sismos y huracanes”, reconoció Recaredo Arias, director general de la AMIS.
Seguros paramétricos
Para Darío Luna, presidente y cofundador de Super.mx, una insurtech de seguros paramétricos, el bajo nivel de aseguramiento en el país no es un problema de conciencia de las personas, sino de hacer más productos a la medida. Como usuarios se buscan instrumentos muy simples, fáciles de entender y a costos accesibles, apuntó.
Es por ello, dijo Luna, los seguros paramétricos permiten que las personas contraten de forma directa y en caso de un siniestro, la aseguradora pagará la cantidad contratada cuando se cumplan circunstancias especificadas.
“Entre las grandes ventajas de los seguros paramétricos está que permiten determinar pagos en muy poco tiempo y a gran escala para rehabilitar lo más rápido posible a los asegurados.