El gobierno de Puebla, encabezado por Alejandro Armenta, le está metiendo velocidad a un proyecto que suena a futuro: un Cablebús de cuatro líneas, totalmente alineado a la visión humanista de la presidenta Claudia Sheinbaum, donde la movilidad digna y accesible es prioridad real, no discurso.
La idea es conectar zonas que por años han estado medio olvidadas, esas comunidades que siempre han batallado para moverse rápido y seguro dentro de la ciudad.
El sistema arrancará con cuatro líneas y nueve estaciones, con tecnología de punta pensada justo para eso: unir el Estadio Cuauhtémoc con la zona de Angelópolis, sin complicarse con tráfico o el caos urbano de siempre. Y eso apenas es el inicio, porque también está sobre la mesa un proyecto futuro con las líneas 5, 6, 7 y 8 para formar un circuito completo.
Un proyecto que quiere nacer completo y sin parches
Armenta dejó claro que su gobierno va por todas: quiere que las ocho líneas queden listas en un solo sexenio. Para eso, primero apostarán al financiamiento estatal y, si se necesita completar la bolsa, se abrirá la puerta a un esquema de concesión sin perder el control público. Todo esto respaldado por un marco jurídico que ya quedó alineado con la nueva Ley de Movilidad del Estado, la cual reconoce oficialmente este tipo de transporte y regula cómo puede operar o concesionarse sin poner en riesgo el proyecto.
Además, el coordinador de Gabinete, José Luis García Parra, explicó que el sistema debe entregarse en 24 meses y pagarse en los primeros cinco años del sexenio. Al final quedará bajo operación directa de la Secretaría de Movilidad y Transporte, lo que garantiza continuidad y orden.
Tecnología internacional y respeto al patrimonio
Para que el proyecto no se quede en buenas intenciones, el gobierno estatal cerró con un consorcio de cinco empresas encabezadas por Doppelmayr, una firma internacionalmente reconocida por su experiencia en transporte por cable. Son las únicas compañías que cumplieron los requisitos técnicos y financieros de la licitación, así que vienen con la capacidad real de construir algo sólido y seguro.
El Cablebús también se está diseñando con respeto al patrimonio histórico y coordinación con el INAH, evitando afectaciones a la zona monumental. En pocas palabras: Puebla quiere moverse hacia el futuro sin perder su esencia.
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