Tlaxcala, Tlax.- La violencia en Tlaxcala sigue en ascenso, con al menos diez municipios donde el hallazgo de cuerpos y osamentas se ha vuelto recurrente. Muchas de estas víctimas presentan huellas de tortura, lo que evidencia la crueldad de los crímenes.
Operativos fallidos y falta de denuncias
A pesar de los operativos fronterizos en San Pablo del Monte, los resultados han sido nulos, pues los homicidios continúan. Incluso, la alcaldesa del municipio ha señalado presuntos vínculos entre miembros de su cabildo y el crimen organizado, pero hasta ahora no ha presentado denuncias formales, dejando en incertidumbre la situación.
Municipios afectados por el crimen organizado
En localidades como Tenancingo, Teolocholco, Nativitas y Tepetitla, los crímenes han adquirido mayor brutalidad. Los cuerpos aparecen abandonados en ríos, vehículos calcinados o envueltos en cobijas, lo que refuerza la sensación de impunidad y terror entre la población.
Por otro lado, en Ixtacuixtla, el huachicol ha provocado un aumento en la violencia, generando un clima de inseguridad que afecta a los habitantes.
Crisis de seguridad en el norte del estado
La violencia no se detiene en el sur, ya que en el norte de Tlaxcala, municipios como Huamantla, Tlaxco y Calpulalpan también sufren las consecuencias de la falta de estrategia en seguridad. La crisis es evidente, pero hasta el momento, las autoridades no han ofrecido respuestas claras ni soluciones efectivas ante el alarmante incremento de estos delitos.
Mientras tanto, la población sigue a la espera de medidas concretas que frenen la ola de violencia que azota al estado.