Tlaxcala, Tlax.- En el corazón de San Cosme Xalostoc, Tlaxcala, la pirotecnia no es solo un oficio, sino un estilo de vida que mantiene viva la tradición mexicana. La familia Fernández Guarneros, con más de 40 años de experiencia, se ha convertido en un símbolo de maestría en la elaboración de fuegos artificiales, situando a esta comunidad como un referente nacional en este arte.
De pequeños destellos a espectáculos monumentales
Desde juguetes como “Palomas”, “Chifladores” y “Chispitas”, hasta los impresionantes “Toritos” y grandes estructuras pirotécnicas, los Fernández Guarneros trabajan arduamente para cumplir con la creciente demanda de la temporada. Don Eduardo Fernández, líder de la familia, asegura:
“Es un orgullo mantener esta tradición, pero también una gran responsabilidad”.
Compromiso con la seguridad y la calidad
El delicado proceso de fabricación se realiza en cuatro talleres autorizados por la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), cumpliendo con estrictas medidas de seguridad. Estos espacios cuentan con botiquines, extintores, agua y arena para prevenir accidentes en esta labor de alto riesgo. La familia prioriza la seguridad de los trabajadores y del producto final, garantizando la calidad en cada creación.
Una comunidad iluminada por su tradición
En Xalostoc, los fuegos artificiales no solo decoran el cielo, sino que también cuentan una historia de esfuerzo y pasión. La pirotecnia, además de ser un espectáculo visual, es un testimonio de creatividad e ingenio transmitido por generaciones, consolidando a esta comunidad como un epicentro de cultura y tradición en México.
La dedicación de la familia Fernández Guarneros no solo ilumina los cielos de Tlaxcala, sino también el legado de una comunidad que brilla con orgullo.