Tlaxcala, Tlax.- El proceso de evaluación para elegir jueces y magistrados en Tlaxcala avanza entre sospechas y falta de claridad. La presidenta del Poder Judicial, Anel Bañuelos Meneses, reconoció públicamente que desconoce si hay aspirantes inscritos, lo que evidencia un preocupante nivel de opacidad en una elección que debería ser transparente.
Si ni la máxima autoridad judicial del estado tiene acceso a esta información, se pone en duda la garantía de imparcialidad en el proceso, lo que deja abierta la posibilidad de manipulación y falta de equidad.
Un Comité de Evaluación en la sombra
Lejos de garantizar un procedimiento abierto, el Comité de Evaluación Estatal ha convertido la selección en un enigma político, donde los nombres de los aspirantes se ocultan deliberadamente.
Con la fecha límite de inscripción vencida y la revelación de folios programada para el 13 de febrero, el hermetismo institucional refuerza las sospechas de que el proceso podría estar dirigido para beneficiar a ciertos perfiles previamente elegidos.
Independencia judicial en riesgo
Más allá de la falta de transparencia, este proceso pone en duda la independencia del Poder Judicial, exponiendo la posible injerencia de intereses externos. Si el proceso de selección no es claro ni accesible para los ciudadanos, ¿cómo garantizar que los nuevos jueces actuarán con imparcialidad y justicia?
La ciudadanía espera certeza y claridad en la elección de quienes impartirán justicia en Tlaxcala. Sin embargo, la opacidad con la que se ha manejado este procedimiento solo alimenta la desconfianza en el sistema judicial del estado.