Tlaxcala, Tlax.- El cáncer cervicouterino, también conocido como cáncer de cuello uterino, es el segundo más común en mujeres en México, especialmente en aquellas mayores de 30 años. Según el doctor Arquímedes Díaz Parra, coordinador de Salud Pública del IMSS en Tlaxcala, este tipo de cáncer comienza con un crecimiento anormal de las células en el cuello del útero.
Factores de riesgo
Las mujeres con mayor riesgo de desarrollar este cáncer son aquellas que:
- Iniciaron relaciones sexuales antes de los 18 años.
- Han tenido varios compañeros sexuales.
- Tienen más de tres partos.
- Son fumadoras o tienen problemas de desnutrición.
- Han usado anticonceptivos orales por mucho tiempo.
- Sufren enfermedades que debilitan el sistema inmunológico.
- Presentan infección por el Virus del Papiloma Humano (VPH).
Síntomas difíciles de detectar
El cáncer cervicouterino no presenta síntomas en sus primeras etapas. Las lesiones son tan pequeñas que no se pueden ver a simple vista, lo que permite que la enfermedad avance sin ser detectada. Los síntomas más comunes cuando el cáncer está más avanzado incluyen:
- Sangrado anormal después de relaciones sexuales, entre periodos menstruales o después de la menopausia.
- Aumento del flujo vaginal con mal olor.
- Dolor de cadera y pérdida de peso.
Detección temprana con el Papanicolaou
La mejor forma de detectar este tipo de cáncer es mediante el Papanicolaou, un estudio ginecológico que se recomienda a mujeres que ya han iniciado su vida sexual o que tienen más de 25 años. Este examen permite identificar si las células del cuello uterino han sufrido cambios anormales.
Si los resultados del Papanicolaou indican la presencia de lesiones precursoras, la paciente es remitida a una clínica especializada para confirmar el diagnóstico e iniciar el tratamiento necesario.
Tratamiento y prevención
En los casos donde se detecten lesiones malignas, el tratamiento puede incluir desde cirugías, como la extracción del útero, hasta radioterapia o quimioterapia en fases avanzadas.
Medidas de prevención:
- Llevar un estilo de vida saludable y mantener una buena alimentación.
- Aplicar la vacuna contra el VPH a niñas y adolescentes.
- Usar preservativos en relaciones sexuales.
- Realizarse el Papanicolaou de forma regular, al menos cada dos años si los resultados son normales.
Además, el IMSS recomienda acudir a los módulos PrevenIMSS para realizar acciones preventivas y recibir un chequeo anual con su médico familiar en las Unidades de Medicina Familiar (UMF).