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Fátima Bosch destapa su dura infancia tras coronarse Miss Universo 2025

La mexicana Fátima Bosch Fernández, recién coronada como Miss Universo 2025, se convirtió en tendencia y prácticamente en la mujer del momento.

Pero detrás del brillo, la banda y la corona, hay una historia que ella misma ha contado sin filtros. Y sí, es fuerte. La joven, originaria de Teapa, Tabasco, reconoció que su infancia estuvo marcada por bullying intenso debido a la condición neurodivergente que padece desde pequeña.

En una entrevista con Telereportaje, Fátima abrió su corazón y recordó que en la primaria sufrió violencia emocional y psicológica por parte de varias compañeras. No la pasaba bien, pero aun así, siempre contó con el apoyo de sus papás. Para ella, lo que te pasa no te define; lo que haces con eso… sí. Y vaya que lo demostró.

Las condiciones que marcaron su infancia

Para muchos fue sorpresa enterarse de que Fátima convive con TDAH y dislexia, diagnósticos que la acompañan desde niña. Contó que por estas condiciones tardaba horas en entender actividades que al resto le tomaban apenas unos minutos. Eso la frustraba y también la volvía un blanco fácil para el maltrato escolar.

Ella lo explica sin rodeos: “A veces necesitaba dos horas para comprender algo que mis compañeras hacían en cinco minutos”. A pesar de todo, en lo social jamás tuvo problema; de hecho, se llevaba increíble con maestras y adultos. El problema era con ciertas niñas que, según contó, podían ser crueles sin razón.

El TDAH, señala la Mayo Clinic, provoca dificultades para mantener la atención, impulsividad e hiperactividad. Y la dislexia, por su parte, afecta la forma en la que el cerebro procesa la lectura. Ambas condiciones impactaron sus estudios, pero nunca su espíritu.

Una Miss Universo neurodivergente que inspira

Hoy, Fátima abraza su identidad: es neurodivergente, y lo dice con orgullo. De acuerdo con la Cleveland Clinic, este término describe a personas cuyo cerebro funciona o se desarrolla de manera distinta, algo que no las hace menos, solo diferentes. Y vaya que ella convirtió esa diferencia en una fuerza gigante.

Fátima pasó de niña víctima de bullying a reina del mundo, demostrando que su historia no la detuvo. Al contrario: la impulsó. Su mensaje es claro, directo y lleno de power: no permitas que tu pasado escriba tu futuro. Y viendo dónde está hoy, es evidente que sabe de lo que habla.

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