Esta obra, propuesta nuevamente por el gobernador Miguel Ángel Navarro Quintero, ha generado rechazo entre los pueblos indígenas por el impacto negativo que tendría en sus sitios sagrados y su forma de vida.
Nayarit.- En el marco del Día Internacional de la Resistencia de los Pueblos Originarios, las comunidades náayeri, wixárika, o’dam y meshikan de Nayarit han levantado la voz contra la reactivación del proyecto de la presa hidroeléctrica Las Cruces en el río San Pedro, uno de los últimos ríos libres en México.
Esta obra, propuesta nuevamente por el gobernador Miguel Ángel Navarro Quintero, ha generado rechazo entre los pueblos indígenas por el impacto negativo que tendría en sus sitios sagrados y su forma de vida.
Resistencia indígena y ambiental
A través de un comunicado, los pueblos originarios recordaron sus 532 años de resistencia contra el despojo y reafirmaron su compromiso de proteger el río San Pedro, al que consideran “nuestra propia sangre”. Argumentan que la presa afectaría no solo los ecosistemas locales, sino también su cultura y tradiciones, ya que el proyecto no fue consultado con las comunidades, violando sus derechos.
Impacto ambiental y social
La presa Las Cruces ha sido un tema de controversia desde su concepción. Distintos estudios, como el de la organización ambiental SuMar, advierten sobre el daño que causaría al medio ambiente, incluyendo la alteración del curso de los ríos y la afectación de la fauna local. Además, se teme el desplazamiento forzado de miles de familias indígenas y la pérdida de sitios de gran valor cultural.
Exigencias de los pueblos indígenas
Entre sus demandas, los pueblos originarios han solicitado:
- La cancelación definitiva del proyecto hidroeléctrico.
- La abrogación del decreto presidencial de 2014, que reserva las aguas del río San Pedro para la generación eléctrica.
- Un alto a los megaproyectos impuestos sin consulta, que amenazan sus territorios y formas de vida.
La Contraloría Nacional Autónoma del Agua también se sumó a esta exigencia, denunciando que la reactivación de la presa representa un acto de violencia contra las comunidades indígenas y el medio ambiente.
Alternativas sostenibles
En lugar de la construcción de la presa, las comunidades indígenas y grupos ecologistas sugieren la búsqueda de opciones más sostenibles para satisfacer la demanda energética de México, como el uso de energías renovables que no pongan en riesgo el patrimonio cultural y ambiental de la región.
Este conflicto es parte de una lucha más amplia por el reconocimiento de los derechos de los pueblos originarios sobre sus tierras y recursos naturales, un tema que sigue siendo central en las demandas sociales y ambientales del país.