Este domingo 28 de marzo, se alcanzaron índices de contaminación históricos en la Ciudad de México.
Como consecuencia de las fuertes rachas de viento originadas por el Frente Frío Número 46, se levantaron densas tolvaneras que sumergieron a la capital en un tsunami de polvo que redujo notablemente la visibilidad, y provocó unos valores de calidad del aire “extremadamente malos”.
A través de un comunicado, la Comisión Ambiental de la Megalópolis explicó que estos niveles de polución se dispararon por las partículas PM10 que arrastró la tolvanera. Estas se forman por procesos mecánicos, como las obras de construcción, la resuspensión del polvo de los caminos o el viento, y pueden ser desde restos diminutos de cemento y metales, hasta hollín, cenizas, polvo, o polen.
Por su tamaño, 10 micras de diámetro, no pueden atravesar los alveolos pulmonares ni causar graves daños respiratorios, pero en concentraciones muy elevadas, como la que se registró en la Ciudad de México este domingo, el riesgo a la salud es “extremadamente alto”.
“Me informa el Servicio Meteorológico Nacional que los altos niveles de partículas se deben a tolvaneras provocadas por el Frente Frío 46 que cruzó el centro del país. Por la sequía los vientos levantaron tolvaneras que también llegaron al Valle de México. El pico máximo fue cerca de las 17:00 horas”, agregó en Twitter la jefa del gobierno, Claudia Sheinbaum.
Me informa el Servicio Meteorológico Nacional que los altos niveles de partículas se deben a tolvaneras provocadas por el frente frío #46 que cruzó el centro del país. Por la sequía los vientos levantaron tolvaneras que también llegaron al Valle de México. https://t.co/Cwyd7HEt4K
— Claudia Sheinbaum (@Claudiashein) March 29, 2021