En su pronunciamiento, los manifestantes recordaron la masacre de 11 personas en el Ejido Nuevo Morelia, municipio de Chicomuselo, a manos del crimen organizado.
Más de 30,000 personas de diferentes religiones y comunidades se unieron en una marcha-peregrinación en la capital de Chiapas, convocados por las tres Diócesis del estado. Indígenas de la región selva y Altos, así como mestizos del centro y la costa, caminaron juntos para visibilizar la violencia generada por el crimen organizado, que ha causado desplazamientos, asesinatos y el control de territorios en varios municipios.
Denuncian masacres y desplazamientos forzados
En su pronunciamiento, los manifestantes recordaron la masacre de 11 personas en el Ejido Nuevo Morelia, municipio de Chicomuselo, a manos del crimen organizado.
Esta tragedia ocurrió el 11 de mayo, cuando los pobladores se negaron a participar en actividades delictivas y denunciaron la explotación ilegal de una mina en la zona.
El obispo Rodrigo Aguilar Martínez denunció el silencio cómplice y la indiferencia de las autoridades frente a esta crisis, señalando que las masacres y desplazamientos en Chiapas están relacionados con los intereses del crimen organizado en controlar rutas de tráfico y aprovechar los recursos naturales a través de megaproyectos.
Demandas de paz y justicia
Los manifestantes exigieron a los tres niveles de gobierno tomar medidas urgentes para garantizar la seguridad, restablecer el estado de derecho y desmantelar a los grupos criminales que operan en la región.
También advirtieron que la recuperación del territorio es fundamental para que las familias desplazadas puedan regresar con seguridad y paz a sus hogares.
“La historia juzgará a quienes no actúen,” advirtieron los organizadores, destacando la urgencia de acciones para frenar la violencia y proteger a los inocentes.