El régimen chino volvió a confinar a 800.000 personas en Wuhan en el marco de su campaña de “COVID cero” que parece no tener fin.
Los 240 casos registrados en Wuhan en las últimas dos semanas fueron suficientes a encerrar a casi un millón de residentes hasta al menos el 30 de octubre.
La ciudad también ha suspendido la venta de carne de cerdo en algunas partes de la ciudad, según afirman en las redes sociales.
Además de Wuhan, numerosas ciudades chinas de todo el país están redoblando las medidas de contención del COVID-19, sellando edificios, cerrando distritos y poniendo barreras a millones de personas al intentar detener los crecientes brotes.
El jueves, China informó de un tercer día consecutivo de más de 1.000 nuevos casos de COVID en todo el país, una cifra discreta comparada con las decenas de miles de contagios diarios que llevaron a Shanghái a un confinamiento total a principios de este año, pero suficiente para desencadenar más controles y restricciones en todo el país.
El número de casos de coronavirus en China ha seguido siendo pequeño en comparación con los estándares mundiales, pero sus medidas de contención ultraestrictas de este año contra la variante Ómicron, altamente transmisible, han pesado mucho en la segunda economía más grande del mundo.
Cantón, la cuarta ciudad más grande de China en términos de producción económica y la capital provincial de Guangdong, selló el jueves más calles y barrios y mantuvo a la gente en sus casas, mientras nuevas áreas era consideradas de alto riesgo en un resurgimiento del COVID que persistía en su cuarta semana.
Hasta el 24 de octubre, 28 ciudades estaban aplicando diversos grados de medidas de cierre, con alrededor de 207,7 millones de personas afectadas en regiones que representan alrededor de 25,6 billones de yuanes (3,55 billones de dólares) del producto interior bruto de China, según Nomura.
Esto equivale a casi una cuarta parte del PIB chino de 2021.
Las bolsas en China continental bajaban el jueves debido a que los brotes lastraban la confianza, mientras que los sombríos datos sobre un sector industrial perjudicado por el COVID arrojaron nuevos nubarrones sobre los mercados.