El gigantesco desprendimiento de tierras que arrasó ayer la villa costera de Atami, en el centro de Japón, dejó cuatro víctimas mortales y al menos 64 personas desaparecidas, indicaron hoy las autoridades locales en un nuevo balance provisional ante la emergencia, en la cual se continúan con las labores para acudir a los más necesitados.
A lo largo la última jornada, soldados y socorristas, utilizando pértigas (barras que sirven para operar equipo de alta tención) y excavadoras, despejaron montañas de escombros y se abrieron paso entre el barro en una búsqueda de sobrevivientes cada vez más desesperada.
Las operaciones de rescate quedaron suspendidas al llegar la noche en la zona horaria y se retomarán el martes a las 06:00 horas locales.
Hasta el momento se encontraron los cuerpos de cuatro víctimas, pero las autoridades locales siguen aún sin noticias de decenas de personas que supuestamente estaban en la zona siniestrada antes de la catástrofe.
"Actualmente, al menos 64 personas están en búsqueda", declaró Yuta Hata, portavoz de la gestión de catástrofes en Atami.
Las autoridades publicaron una lista con sus nombres con la esperanza de obtener informaciones al respecto. Es posible que algunas ya no vivieran en ese lugar, aunque sus nombres siguieran inscritos en el registro de residentes locales.
"El gobierno nacional, junto con las autoridades municipales, comprobará cuántas personas están desaparecidas", dijo el primer ministro Yoshihide Suga.
Los equipos de rescate están "haciendo todo lo posible para salvar al mayor número de personas, lo más rápido posible", añadió.
Paisaje desolado tras deslizamiento de tierra
Alrededor de 130 casas y otros edificios quedaron destruidos o dañados cuando el corrimiento de tierras arrasó una zona residencial de Atami el sábado a media mañana, dejando un paisaje desolador de casas destruidas, coches volcados y montones de escombros en un enorme lodazal.
Atami, una ciudad balnearia en la ladera de una montaña, a unos 90 kilómetros al suroeste de Tokio, recibió 313 milímetros de lluvia en 48 horas el viernes y el sábado, en comparación con la media de precipitaciones de 242 milímetros en julio de los últimos años.
Se espera que las fuertes lluvias continúen en la prefectura de Shizuoka, donde está Atami, así como en otras partes de Japón, indicó la agencia meteorológica nacional, advirtiendo que podrían producirse más deslizamientos de tierra.
Esta jornada hubo órdenes de evacuación no obligatorias para 35 mil 700 personas en el país, principalmente en la prefectura de Shizuoka. Gran parte de Japón se encuentra actualmente en plena temporada de lluvias, que suele provocar inundaciones y corrimientos de tierra.
Según los científicos, el fenómeno se ve agravado por el cambio climático, ya que una atmósfera más cálida retiene más agua y aumenta el riesgo y la intensidad de las precipitaciones extremas.
En los últimos años, el archipiélago se ha enfrentado cada vez más a inundaciones récord con desprendimientos de tierra, a menudo con un elevado número de víctimas.
A principios de julio de 2018, las inundaciones en el oeste de Japón habían causado más de 200 muertos. Dos años después, en la misma estación, las inundaciones récord en el suroeste del país dejaron más de 80 muertos y desaparecidos.