Berlín, Alemania.- La manifestación fue promovida por el movimiento Querdenker, que congrega a miembros de la extrema izquierda, a conspiracionistas, antivacunas y también a militantes de extrema derecha. Las autoridades habían prohibido las concentraciones para evitar grandes aglomeraciones
Miles de personas participaron este domingo en Berlín en diversas protestas no autorizadas para manifestarse en contra de las restricciones impuestas por las autoridades para contener la pandemia del coronavirus. De acuerdo a lo informado por medios locales, el balance provisional de detenciones asciende a cerca de 500.
Según indicó la policía de Berlín en su cuenta de Twitter, centenares de manifestantes, que pretendían participar a pie en una caravana de coches en protesta por las medidas anticovid que sí contaba con el visto bueno de las autoridades, se congregaron esta mañana en una acción espontánea no autorizada.
En declaraciones a la cadena regional rbb, el portavoz de la policía, Thilo Cablitz, indicó que se estima que cerca de dos mil personas participaron de la movilización.
La policía sostuvo que los manifestantes trataron de romper los cordones policiales y aislar a los agentes, por lo que las fuerzas de seguridad hicieron uso de gases lacrimógenos y porras.
“En varios puntos del oeste de la ciudad hay todavía grupos grandes de personas que tratan de concentrarse y de ponerse en marcha. Nuestras barreras están siendo ignoradas y los agentes están siendo agredidos. Se han producido detenciones”, reportó en las redes sociales la policía local, poco antes de las 14.00 horas.
Por la tarde, otras dos mil personas se congregaron en torno a la Columna de la Victoria, en la céntrica calle del 17 de junio, avenida que parte de la Puerta de Brandeburgo y atraviesa el parque Tiergarten, a pesar de que las autoridades habían prohibido previamente la concentración convocada por la iniciativa “Querdenken 711”, a la que pretendían asistir hasta 22.500 participantes.
El Tribunal Superior Administrativo de Berlín-Brandeburgo confirmó el sábado la prohibición de 17 manifestaciones convocadas para este domingo por movimientos anticovid, integrados mayoritariamente por negacionistas, al considerar que no estaba garantizado el respeto a las medidas de higiene y distanciamiento.
Ante este contexto, la policía desplegó en la capital alemana hasta 2.250 agentes para garantizar el cumplimiento de las prohibiciones y disolver posibles concentraciones no autorizadas.
Cablitz había indicado ya por la mañana que la policía monitorea toda la ciudad, consciente de que habrá “acciones descentralizadas”.
Algunos manifestantes lucieron pancartas con mensajes como “Libertad” o “No a la dictadura del corona”, y muy pocos de ellos usaban mascarillas en medio de la multitud.
El movimiento Querdenker congrega miembros de extrema izquierda, conspiracionistas, antivacunas y también militantes de extrema derecha. Sus manifestaciones atraen a miles, incluso decenas de miles de personas, y algunas degeneraron en violencia.
El viernes pasado el Gobierno anunció que exigirá a partir de este domigo 1 de agosto un test negativo a todos los viajeros mayores de 12 años que no hayan recibido la pauta completa o superado la enfermedad, independientemente de su vía de acceso al país.
En caso de proceder de una de las regiones bajo dominio de las variantes más agresivas de la covid-19, la obligación del test se amplía a todos los viajeros, según la resolución adoptada por el Gobierno federal.
El propósito del Ejecutivo, indicó su viceportavoz, Ulrike Demmer, es optimizar el control sobre los viajeros que ingresan en el país y contener la extensión del coronavirus.
Junto a las nuevas normas de ingreso, se simplificarán las categorías de los lugares de procedencia considerados de riesgos, que se reducirán a dos: de alto riesgo, por un lado, y bajo dominio de las variantes más agresivas, por el otro.
En la primera categoría, la de alto riego, entraron hace unas semanas socios europeos como España y Países Bajos. Los viajeros no inmunizados procedentes de estas zonas quedan en cuarentena por diez días, que pueden reducirse a cinco si al quinto se presenta un test negativo.
Para los de máximo riesgo o dominio de variantes, como Brasil, las restricciones son más severas, ya que solo se permite el ingreso en el país a viajeros alemanes o residentes en Alemania, que además deben guardar cuarentena por 10 días.
La nueva regulación se ha implantado tras semanas de aumento continuado de la incidencia de contagios. En julio llegó a bajar a los 4,9 casos semanales por 100.000 habitantes, mientras que ahora se sitúa en una media nacional de 18,5 casos. En Berlín, con el nivel más alto del país tras Hamburgo, se subió a los 27,8.
Las autoridades del país observan además con preocupación la evolución de los casos “importados”, de ciudadanos de regreso de una estancia en el extranjero o que visitan el país.
La mayor parte de los contagios importados provienen de España, según el último informe semanal del Instituto Robert Koch (RKI) de virología.
Entre el 28 de junio y el 25 de julio se registraron 3.662 contagios producidos con alta probabilidad en el extranjero y se ellos 1.247 casos se habrían producido en España, según el RKI.
Aunque en las dos últimas semanas ha habido un claro aumento de los casos importados, la gran mayoría de los contagios, un 81 por ciento, se siguen produciendo en Alemania.
El informe del RKI constata que la tendencia a la baja de los nuevos contagios que se observó entre finales de abril y comienzos de junio se ha interrumpido y que desde comienzos de julio se observa un aumento continuo de los casos y de la incidencia semanal por 100.000 habitantes.
El aumento de la incidencia, según el informe, es especialmente fuerte en el grupo de edad de entre 10 y 34 años. Se está, sin embargo, muy lejos del pico alcanzado en diciembre, con 196,7 contagios por siete días y 100.000 habitantes.
El RKI advierte además de que la variante delta, considerada más agresiva y más contagiosa, es claramente mayoritaria en Alemania, con un 91 por ciento de los casos.
El informe señala que, aunque la vacunación ralentiza la difusión del virus, la cuota todavía no es suficiente para evitar o aplanar la cuarta ola de la enfermedad, por lo que siguen siendo necesarias restricciones para evitar un aumento de la presión hospitalaria.
En Alemania, un 50,9 por ciento de la población ha recibido la pauta completa de la vacuna y un 61,3 por ciento al menos la primera dosis.