En hecho inédito, el gobierno de Cuba autorizó la realización de operaciones en la isla a la empresa estadunidense Fuego Enterprises Inc., del cubanoamericano Hugo Cancio, en medio de un creciente enfrentamiento con Estados Unidos tras las manifestaciones contra el presidente Miguel Díaz-Canel del 11 y 12 de julio pasados.
“Estoy muy contento de que me hayan dado la sucursal que solicité hace más de un año. Con mucho trabajo hemos abierto el camino y espero que pronto empresarias y empresarios cubanoamericanos puedan seguir nuestros pasos”, dijo Cancio, quien a los 16 años se asentó en Miami con su familia durante el llamado “éxodo de los balseros” por el puerto cubano de El Mariel, en 1980.
Según resolución del ministerio de Comercio Exterior de Cuba, la empresa de Cancio está autorizada a la “comercialización de productos agroalimentarios, artesanales y bienes de consumo”, pero su sucursal en la isla no podrá importar y exportar directamente con carácter comercial, sino mediante su casa matriz en Estados Unidos.
La decisión, sin precedente desde los años 60 del siglo pasado, se hizo efectiva luego de cambios introducidos a las normativas cubanas, como parte de las reformas que acelera el gobierno en medio de la más profunda crisis económica de las últimas dos décadas.
En ese contexto, el ministerio de Finanzas anunció ayer que exonera a productores privados del pago de impuestos de importación de insumos y materias primas hasta el 31 de diciembre próximo con “el objetivo de estimular la producción de bienes y prestación de servicios”.
“Las nuevas disposiciones son un paso concreto en la voluntad anunciada por las autoridades cubanas de abrir nuevas oportunidades en el país para los cubanos residentes en el exterior y, en particular, la comunidad cubana en Estados Unidos”, consideró Cancio, quien se alinea con el sector contrario al bloqueo estadunidense a la isla.
Agregó que “todos los proyectos presentados por nosotros están acordes a las regulaciones actuales de la OFAC (Oficina de control del departamento del Tesoro de Estados Unidos) y la política hacia Cuba de fomentar y apoyar toda gestión no estatal en beneficio del pueblo cubano”.
Esos proyectos van desde inversiones en cadenas productivas de alimentos en los sectores privado y cooperativo, hasta la importación de alimentos, tecnología agropecuaria y materia prima,
La contraposición
Desde las manifestaciones del 11 y 12 de julio, Cuba y Estados Unido se encuentran inmersos en un intenso fuego cruzado al mejor estilo de la pasada Guerra Fría.
La Habana culpa al gobierno de Joe Biden de estimular el desconcierto social en el país mediante el bloqueo estadunidense de más de 60 años, reforzado en medio de la pandemia de covid-19 con 240 sanciones adicionales.
En tanto, Biden pide apoyo internacional para “condenar al régimen cubano por su represión contra los manifestantes pacíficos”, y al mismo tiempo busca el respaldo de los sectores conservadores de origen cubano radicados en su país antes de adoptar nuevas decisiones con respecto a la isla, teniendo muy presente el peso electoral del estado de Florida en los próximos comicios de medio término.
En los últimos días, Washington sancionó a jefes de las fuerzas armadas y de la policía cubanas, al tiempo que dijo examinar fórmulas para reabrir su consulado en La Habana y volver a permitir el envío de remesas mediante vías que no impliquen beneficio alguno para el gobierno.
El cierre del consulado y la prohibición de enviar remesas fueron decididas por la anterior administración de Donald Trump. Ambas medidas siguen vigentes. El sector conservador es partidario de mantener sin cambios las sanciones del republicano.
“En este contexto, lamentablemente, Cuba sigue siendo tema de política interna en Estados Unidos y no asunto de política exterior como debería ser”, consideró el analista José Pertierra, quien reside en el país gobernado por Biden.