Una niña indígena de la comunidad Embera Chamí, en el municipio de Pueblo Rico, Risaralda (Colombia), fue amarrada del techo y golpeada salvajemente con palos por dos hombres, en un ataque que quedó registrado en video y que ha causado fuerte repudio a nivel internacional.
En la grabación, difundida a través de redes sociales, se observa cómo la menor grita de dolor y se retuerce mientras recibe múltiples azotes, propinados con ramas gruesas de árbol por parte de sus agresores.
Que todo el país vea este video. Una niña indígena Embera es brutalmente golpeada por hombres de su comunidad. La tortura le produjo tanto dolor que perdió el conocimiento.
— Andrés Escobar (@escobarandres90) May 30, 2025
Son imágenes desgarradoras. Tan sólo una muestra de lo que padecen niños, niñas, adolescentes y mujeres a… pic.twitter.com/SffKDnMEfw
Rescatan a la menor y la trasladan a un hogar de paso
Tras la viralización del video, las autoridades colombianas activaron el protocolo de protección infantil. La menor fue rescatada y trasladada al hospital San Rafael de Pueblo Rico para atender las graves lesiones sufridas durante la golpiza. Actualmente, se encuentra bajo resguardo en un hogar de paso, a la espera de que las autoridades definan su situación.
Según informes oficiales, la denuncia fue interpuesta por un grupo de niñas que también habían sido víctimas de maltrato en la misma comunidad. La intervención se realizó en coordinación con la Procuraduría Regional de Risaralda y el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF).
Reacción de autoridades y organismos de derechos humanos
Litza Fernanda Roldán, directora operativa de Salud Pública en Risaralda, confirmó que la menor permanecerá protegida mientras se desarrollan las investigaciones. Por su parte, el gobierno departamental declaró:
“Reafirmamos nuestro compromiso con la protección de la niñez risaraldense y acompañamos las investigaciones para que se sancione a los responsables”.
El caso ha movilizado a organizaciones defensoras de los derechos humanos, que exigen justicia y piden garantías de protección para niños y niñas en comunidades indígenas.
Usan intérprete para asistir a la víctima
Dado que la niña no habla español, se recurrió a un intérprete para facilitar la comunicación y garantizar sus derechos durante el proceso legal. Además, la Comisaría de Familia colaboró para asegurar asistencia integral, apoyo emocional y representación legal a la menor.
Este caso ha encendido las alertas sobre los niveles de violencia infantil en zonas indígenas y ha impulsado un llamado urgente a reforzar las políticas de protección de la infancia en Colombia.