El colapso del peso de Argentina esta semana y la escalada del costo de financiamiento han alimentado las preocupaciones de los inversores, de que la tercera mayor economía latinoamericana pueda estar camino a otra reestructuración de la deuda.
La próxima revisión del programa crediticio de 57 mil millones de dólares que mantiene el Fondo Monetario Internacional (FMI) con el país, prevista para el 15 de septiembre, debería dar señales sobre si el prestamista de última instancia de Argentina ahora piensa lo mismo.
La dura derrota de Mauricio Macri, el actual mandatario pro-mercado, en las elecciones primarias del domingo ante su rival peronista de izquierda, Alberto Fernández, dos meses antes de la votación presidencial, disparó temores del mercado sobre un posible retorno al intervencionismo que el actual presidente prometió terminar.
"El FMI probablemente solicitará una reestructuración. La pregunta es cuándo", dijo Edward Glossop, economista para América Latina de Capital Economics. "Dado lo que ha hecho el mercado esta semana, es difícil argumentar que la deuda argentina aún es sostenible".
Las reestructuraciones son un tema traumático para los votantes que aún recuerdan el default del país en 2001-2002, que empeoró un colapso económico que hundió a millones de argentinos de clase media en la pobreza. Unos 'mini-defaults' posteriores dejaron al país fuera de los mercados de capitales globales por años.
En los primeros días de esta semana, antes de encontrar algún respaldo cerca de 57 por dólar, el peso perdió 21 por ciento de su valor, dificultando aún más el pago de la deuda en dólares de Argentina, cuya economía se encuentra estancada en la recesión.
En su revisión anterior de Argentina en julio, el FMI advirtió que había riesgos "elevados" para el programa, con una posible retroalimentación de la debilidad del peso y la incertidumbre política.
Un portavoz del FMI se abstuvo de hacer comentarios para esta nota.
Macri asumió en 2015 prometiendo poner fin a las crisis crónicas que en los últimos cien años convirtieron a una de las principales economías del mundo en un incumplidor serial.
Pero el presidente sobrestimó su capacidad para atraer la inversión extranjera directa necesaria para lograr una expansión sostenida y subestimó el efecto que su plan para recortar los subsidios a los servicios públicos tendría sobre la inflación, que ahora se aceleró a 55 por ciento.
La indignación por sus medidas de austeridad fue un factor detrás de la derrota de Macri en las primarias del domingo a manos de Fernández, quien se juntó con la mandataria populista Cristina Fernández de Kirchner como su candidata a vicepresidenta.
Las primarias de Argentina son inusuales. Como los partidos principales ya eligieron a sus candidatos antes de esa votación, funcionó como una encuesta nacional sobre las elecciones presidenciales del 27 de octubre.
Los inversores rápidamente consideraron que una reestructuración era mucho más probable y los mercados comenzaron a desplomarse el lunes por la mañana.
"Momento crítico"
Macri aflojó su estricta postura fiscal esta semana, prometiendo reducir el impuesto a los ingresos de los trabajadores y el que se aplica a la venta de los alimentos de la canasta básica.
También incrementó los subsidios para los más pobres y dispuso otros gastos que podrían complicar su esfuerzo para recortar el déficit bajo el acuerdo con el FMI.
"Un momento crítico podría ser el 15 de septiembre, cuando el próximo tramo del préstamo del FMI, unos 5 mil 400 millones de dólares, tiene que desembolsarse. El Fondo podría solicitar una reestructuración como condición para esto", señaló Glossop.
En 2001, el rechazo del FMI a desembolsar fondos para Argentina contribuyó a detonar el default del país.
A pesar del hecho de que Macri excedió las metas fiscales acordadas con el Fondo, el organismo aún podría sorprender al mercado otorgando recursos adicionales.
"En general, el Fondo Monetario actúa para tratar de evitar el default. Si el Fondo puede poner 5 mil o 10 mil millones de dólares más, es poco y ayudaría a salir de todo esto y evitar el default, que es un proceso doloroso", comentó Gabriel Rubinstein, un consultor económico.
Escenario severo
Shamaila Khan, quien gestiona carteras expuestas a Argentina como directora de deuda de mercados emergentes de AllianceBernstein en Nueva York, afirmó que los bonos argentinos se estaban negociando entre 40 y 50 centavos por cada dólar de valor nominal.
"El mercado nos está diciendo que hay una probabilidad extremadamente alta de reestructuración, pero no una tasa de recuperación muy alta", aseguró.
Sin embargo, Khan agregó, "la ecuación de riesgos y beneficios luce atractiva" porque el mercado descontó un escenario demasiado severo.
Fernández puntualizó esta semana que sus planes, en caso de convertirse en el nuevo líder argentino, no incluirán una reestructuración de la deuda.
Macri se enorgullece de haber sacado al país del default al comienzo de su mandato, cuando negoció un arreglo con los tenedores de deuda que no habían participado en reestructuraciones anteriores.
El gobierno se abstuvo de hacer comentarios para esta nota.
Claudio Loser, un exdirector del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI de 1994 a 2002, indicó que el FMI probablemente considere una postergación de los vencimientos de bonos argentinos para dar al país algo de espacio financiero.
"Si van a sugerir una reestructuración en público o en una sesión cerrada, no lo sé", hizo hincapié Loser, ahora economista de la consultora Centennial Group en Washington.
Otro punto de inflexión podría ocurrir en el segundo trimestre del próximo año, cuando, según los datos oficiales, Argentina afrontará pagos de la deuda por 20 mil millones de dólares, una fuerte alza desde 5 mil 600 millones de dólares en el primer trimestre.
Loser dio a conocerque si hay una reestructuración, probablemente se enfoque en esos pagos acumulados en el período abril-junio.
"Antes de que llegue el segundo trimestre, podría haber una postergación de esos vencimientos de bonos", sostuvo.