Por: Cortesía

Internacional

La Virgen que llora sangre: el milagro de un hombre que se curó de cáncer

Raúl Alemir tiene 39 años y en 2021 le diagnosticaron mixofibrosarcoma. Según la Mayo Clinic, a veces el mixofibrosarcoma “parece un crecimiento que no es cáncer”. “Esto puede dificultar la obtención de un diagnóstico correcto y un tratamiento rápido para controlarlo”, señala el prestigioso establecimiento norteamericano. Tras este diagnóstico, Raúl fue amputado de su pierna izquierda ya que se trataba de un tumor muy invasivo.

A Raúl la vida lo golpeó nuevamente en 2022 cuando el tumor volvió a invadir su cuerpo de una forma rápida y repentina. Comenzó con un bulto en el brazo izquierdo que a las semanas fue creciendo progresivamente hasta alcanzar siete kilos. Fueron tres meses los que permaneció internado en cama, ya que su cuerpo no podía soportar ese peso. “Tuve que suplicar a los médicos para que me operaran, porque no querían arriesgarse por las pocas posibilidades de sobrevida”, afirma el joven de Vinará, en la argentina provincia de Santiago del Estero.

María Brandan, madre de Raúl, entre lágrimas contó: “Yo vine, me arrodillé, lloré y ella (La Virgen) lloró. Yo le pedí a la Virgen que si iba a vivir mi hijo que le dé otra oportunidad y sino que no me lo haga sufrir. Porque era un tumor impresionante parecía un monstruo. Los médicos le dijeron que no iba a sobrevivir a la operación. Nos pidieron que nos despidiéramos de él”.

María rememora ese momento desesperado de su vida y dice: “Yo junté las lágrimas de la Virgen en una servilleta de papel y las guardé para mi hijo. Se lo entregué a mi hija Liliana para que se lo diese a Raúl. Sabía que ella me lo iba a ayudar”.

Raúl dijo que cuando recibió la servilleta con las lágrimas -que habían viajado desde Vinará hasta el Instituto Roffo, en la Ciudad de Buenos Aires- se colocó el pedazo de papel en su hombro enfermo. Luego recibió la noticia que lo iban a operar a pesar del alto riesgo para su vida. Le informaron que la cirugía iba a ser muy larga, alrededor de siete horas y le propusieron despedirse de sus seres queridos. El 6 de septiembre de 2022, día de la cirugía, Raúl entró al quirófano y salió en media hora, contra todo pronóstico, el tumor había sido extirpado por completo y pudo conservar íntegramente el brazo. “Crean o no crean para mí la Virgen es milagrosa y a mí me escuchó, me cumplió la promesa”, dice entre lagrimas la mamá de Raúl

Esta es una de las tantas curaciones que los vinaraqueños atribuyen a la Virgen de su capilla.

Un testigo ocular de las lágrimas de la Virgen

Víctor es un joven de 31 años de Loma del Medio, una localidad vecina a Vinará: “El 26 de julio de 2022 al llegar a la capilla de Vinará, ayudé al grupo de servidoras a bajar la Virgen del Altar, ya que iban a prepararla porque al otro día iba a una fiesta patronal en Río Hondo. Mientras las chicas la limpiaron, yo fijé la mirada y vi que se le escapó una lágrima. Después cambió el color del rostro y siguió llorando y nos reunimos a rezar. Para mí fue algo maravilloso.”

Víctor fue el primero en difundir en las redes sociales el video de la Virgen llorando, las imágenes se viralizaron y muchos curiosos y devotos de la zona se agolparon en Vinará.

“Recuperó las piernas gracias a la Virgen”

Sara Sosa, una vecina de la capilla de Vinará de 31 años testimonió: “Yo vengo todas las mañanas después de dejar a mi hijo en la escuela. Un día la Virgen estaba llorando y eran las ocho de la mañana. Vino una señora con muletas y sostenida por sus dos hijos. Ella lloraba y decía que estaba perdiendo las piernas. En ese momento me sentí triste al verla cómo estaba. Pasaron ocho días y ella volvió, pero había venido sola, venía caminando. Se arrodilló frente a la Virgen y le agradeció. Ella dijo que iba a decir en todos lados lo milagrosa que era la Virgen. Por eso digo que todos los que necesiten se acerquen porque ella los va a ayudar y sacar adelante”, dice efusivamente Sara.

“En mi parecer es imposible poner un mecanismo para hacer llorar a la virgen”. Así se expresa Adrian Décima de 53 años que vive en Termas de Río Hondo. A lo largo de su vida se dedicó a restaurar imágenes religiosas y conoce todos sus secretos.

Ante la pregunta si era posible manipular la imagen de la Virgen para que llorará por un mecanismo, el artista respondió: “Yo restauré la Virgen de Vinará en 1990. Una imagen de yeso como esta no se puede manipular. Sus lágrimas son un misterio que yo no me puedo explicar”.

Adrián contó una experiencia excepcional que le sucedió durante esta restauración, treinta años atrás: “Yo prefería trabajar a la madrugada para estar tranquilo. Eran las tres de la mañana aproximadamente. Cuando iba arreglando la parte de la base emergió un líquido como un aceite, muy liviano. Yo buscaba de la base, la levanté, la moví desde adentro, revisé los recovecos, pero el agua vertía de la nada. Me dije algo está pasando. También sentí una luminosidad que me rodeó. Lo primero que hice fue persignarme y fui a persignar a toda mi familia. Hasta hoy lo que me pasó no tiene explicación”.

En un lateral de la base de la Virgen de Vinará se observa una minúscula placa de chapa avejentada que dice: “Santería Pezza. Arte religioso”.

Roberto Giachetti, el propietario de este comercio ubicado en el barrio de Monserrat -en la Ciudad de Buenos Aires- y que se dedica exclusivamente a la venta de material religioso desde 1906, comentó que los registros de venta solo los conservan por cinco años, por lo tanto, es imposible rastrear la venta de esta imagen.

Recordó con nostalgia que hasta 1995, fecha que murió el último artista, en esta casa se fabricaban estas imágenes religiosas en yeso hueco, tanto con mano de obra como materia prima argentina, mientras ahora se importan de Italia, Portugal y Francia .

Respecto a la imagen de Vinará dijo: “En mi parecer es imposible poner un mecanismo para hacer llorar a la virgen” y agregó que este fenómeno sobrenatural no le llama la atención porque vio casos parecidos de Vírgenes que lloran en Italia.

En estas horas el pueblo de Vinará se encuentra convulsionado. Por primera vez y después de 50 años de que la Virgen habría empezado a lagrimar, la diócesis de Santiago de Estero se expresó a través del obispo actual, Vicente Bokalic. El Monseñor declaró: “se trata de algo muy serio como para emitir opiniones ligeras, prefiero esperar un poco más y ver cómo siguen las cosas -explicó el religioso-. En su momento enviaré gente para que haga un estudio serio para ver de qué se trata”.