Un científico de origen francés aseguró en una entrevista a un medio local que tiene sospechas de que la nueva cepa de coronavirus fue creada en un laboratorio.
Luc Montagnier, quien ganó el Premio Nobel de Medicina en 2008 por el descubrimiento, en conjunto con otros especialistas, del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH). Sin embargo, la credibilidad de este científico ha quedado en entredicho en otras ocasiones.
Montagnier afirmó al canal local CNews que hubo “manipulación” en torno al SARS-CoV-2, al menos en una parte e incluso aseveró que injertaron partes de otros patógenos.
El coronavirus del murciélago, alguien agregó secuencias, en particular del VIH, del virus del SIDA. […] No es natural. Es el trabajo de profesionales de biólogos moleculares”, declaró.
¿Es esto posible?
Aunque en un inicio existió un análisis que dejaba ver la posibilidad de esta “manipulación”, esto es falso. En febrero existió un estudio el cual alegana que había proteínas de otros virus en el SARS-CoV-2, pero dicho documento estaba en una fase previa a la revisión de otros especialistas y al final, fue retirado del sitio donde había sido publicado.
Posteriormente, otro análisis descartó que el patógeno responsable de la COVID-19 cuente con rastros del VIH no que se haya generado de este. Además, halló que 10 secuencias de la nueva cepa coronavirus tenían similitud con genes de mamíferos, insectos, bacterias y otros seres.
La revista especializada Nature publicó un artículo en el cual argumentan que, debido a los datos genéticos, es improbable que el SARS-CoV-2 cuente con alguna estructura creada en laboratorio.
Montagnier y sus teorías
A pesar de que en la década de 1980 formó parte del equipo de científicos que descubrió el VIH, en 2009 afirmó que dicho virus podría ser eliminado de los organismos humanos “en cuestión de semanas”.
En 2002 había recetado al entonces papa Juan Pablo II un supuesto tratamiento con base en extracto de papaya con el fin de tratar la enfermedad de Parkinson. Tres años después, el pontífice falleció.
Además, también ha sido un detractor del uso de vacunas en niños y ha afirmado que pueden causar autismo.
La advertencia es que corremos el riesgo, con buena voluntad al comienzo de las vacunas, de envenenar poco a poco a toda la población que nos sucederá”, aseguró en noviembre de 2017.
Pocos días después de sus declaraciones sobre teorías de la conspiración sobre la inmunización, ello animó a que 106 científicos franceses se desmarcaran de él y lo llamaron firmemente “al orden”.
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