Las autoridades sanitarias de China han reconocido este sábado 59.938 muertes relacionadas con el virus de la covid-19 en poco más de un mes transcurrido desde que Pekín decidió poner fin de un día para otro a la férrea política de control de la pandemia. Los fallecidos, según los datos ofrecidos en una comparecencia, tenían una media de 80,3 años. Entre los decesos, registrados desde el 8 de diciembre hasta el 12 de enero, 5.503 muertes se debieron a fallos de la función respiratoria causados por infecciones de covid; las 54.435 restantes fueron de personas infectadas por covid, pero con afecciones subyacentes, como cáncer o enfermedades cardiovasculares.
La publicación de nuevas cifras llega tras la presión de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que lleva semanas criticando a Pekín por su falta de transparencia y por infrarrepresentar el golpe. “Seguimos pidiendo a China datos más rápidos, regulares y fiables sobre hospitalizaciones y muertes, así como una secuenciación vírica más completa y en tiempo real”, pidió la semana pasada el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Esta semana, las autoridades sanitarias de China subrayaron en una comparecencia que era “innecesario obsesionarse” con la identificación de las muertes por covid mientras el país sufre una enorme ola de contagios. Liang Wannian, responsable del panel de expertos sobre covid-19 de la Comisión Nacional de la Salud de China, aseguró que “de algún modo es imposible” determinar con exactitud cada fallecimiento en estos momentos, y concedió que la forma más precisa de calcular la cifra sería comparando el exceso de muertes actual con el de años previos.
El 90,1% de los pacientes fallecidos con covid reconocidos este sábado tenían 65 o más años, según ha explicado ante la prensa Jiao Yahui, responsable de Administración Médica de la Comisión Nacional de Salud. Jiao ha enfatizado que, debido a que el invierno es una estación con gran incidencia de enfermedades respiratorias, cardiovasculares y cerebrovasculares en los mayores, y a que se han sumado otros factores recientemente como la infección por covid-19, el número de muertes en ancianos es “relativamente alto”.
Jiao también ha asegurado que la ola actual ya habría pasado el peor momento. “El número de visitantes a las clínicas de fiebre [destinadas a atender a pacientes con síntomas de covid] está en general en una tendencia a la baja tras alcanzar el pico”, tanto en ciudades como en zonas rurales, ha dicho. El 5 de enero, los hospitales chinos tenían 128.000 pacientes con covid severo, mientras que el 12 de enero eran 105.000, según los datos aportados. En el instante álgido de la ola, el 23 de diciembre —dos semanas después de la reapertura— las clínicas de fiebre llegaron a recibir la visita de 2,8 millones de pacientes; el 12 de enero recibieron a 477.000.
Tras el giro de 180 grados en su estrategia antipandémica, ejecutado el pasado 7 de diciembre, hasta el lunes de esta semana, el país más poblado del mundo había comunicado oficialmente solo 37 muertes por covid. Esto es: poco más de una víctima al día en un gigante con 1.400 millones de habitantes. Hasta el cambio de política sanitaria, China había reconocido solo 5.235 muertes desde el inicio de la pandemia en 2020. Las cifras publicadas hasta la fecha contrastaban con numerosos testimonios e imágenes de hospitales saturados y morgues llenas. La consultora sanitaria Airfinity ha estimado que en China podrían fallecer 1,7 millones para abril de 2023.
El país también ha sido criticado por la falta de preparación tras tres años dedicado a mantener el virus a cero mediante aplicaciones tecnológicas, confinamientos al mínimo brote y testeos masivos de la población. Pero Pekín había denunciado que las críticas —que pondrían en evidencia la falta de un plan de reapertura— estaban dirigidas por medios y políticos occidentales con el fin de criticar al Gobierno del país.
En estos momentos, en que ha arrancado ya el período vacacional del Año Nuevo chino —que se celebra el 22 de enero—, se teme que la ola de contagios se extienda de las grandes ciudades hacia las zonas rurales, donde los recursos médicos son más escasos. El Ejecutivo chino prevé unos 2.000 millones de desplazamientos estas semanas en lo que suele ser conocido como el mayor movimiento migratorio del planeta.
Te podría interesar: