La viruela del mono está en España. Con 30 casos confirmados y decenas sospechosos, esta enfermedad tropical parece estar propagándose desde hace unas semanas. El Reino Unido dio la alarma el 7 de mayo y, desde entonces, fuera de África se han detectado casos, al menos, en Portugal, España, Estados Unidos y Canadá.
Esto es lo que se sabe sobre el virus que causa la enfermedad, su transmisión y su peligrosidad.
¿Qué causa la viruela del mono?
La enfermedad está causada por un ortopoxvirus de la familia de la viruela, la primera enfermedad erradicada por el ser humano gracias a las vacunas. Se le llama del mono porque fue descubierta en estos animales en 1958, aunque también se puede encontrar en roedores. El primer caso en humanos se detectó en 1970, en República Democrática del Congo. Desde entonces, ha habido brotes en una decena de países africanos y se ha detectado mucho más raramente fuera del continente.
¿Cómo se contagia?
La principal vía es de animales salvajes a humanos. Y se cree que entre personas no es una enfermedad altamente contagiosa. Por lo que se sabe, es necesario contacto estrecho, ya que se transmite por fluidos corporales (mucosas, heridas, fluidos sexuales), aunque puede haber transmisión indirecta por contacto con objetos que tengan restos de estos fluidos, que incluyen gotas de saliva. La mayoría de los casos detectados por ahora en Europa se han producido en relaciones sexuales sin protección. No obstante, existe un estudio que apunta a la posibilidad de transmisión por aerosoles. Es un experimento de laboratorio y por el momento no deja de ser una hipótesis sin confirmar.
¿Por qué hay más casos entre hombres que han tenido sexo con hombres?
Por el momento, la gran mayoría de los casos detectados en España afectan a hombres que han tenido sexo con otros hombres en semanas recientes. Es un colectivo considerado vulnerable para otras enfermedades infecciosas, como el VIH. Pero el hecho de que se haya empezado a detectar entre ellos simplemente indica que es ahí donde se han localizado cadenas de contagios. Las formas de transmisión de la enfermedad hacen pensar a los expertos que las cadenas de contagios irán más allá de la vía sexual (que, por supuesto, puede afectar igualmente a las relaciones heterosexuales).
¿Cuáles son sus síntomas?
Los síntomas son similares a los de la viruela, pero algo más leves. Comienza con fiebre, dolores musculares y de cabeza. Entre uno y tres días después de la fiebre se forman erupciones cutáneas que, según explica el microbiólogo David Grandioso en Twitter, “por lo general afectan primero al rostro y luego se extienden al resto del cuerpo. Las zonas más afectadas son la cara, manos y pies. El número de lesiones varía desde unas pocas hasta varios miles, y afectan a las mucosas de la boca (70% de los casos), los genitales (30%), la conjuntiva palpebral (20%) y la córnea (globo ocular)”.
¿Dónde se ha detectado?
Desde el primer contagio a humanos, ha habido brotes en Camerún, Costa de Marfil, Gabón, Liberia, Nigeria, República Centroafricana, República del Congo, República Democrática del Congo, Sierra Leona y Sudán del Sur. Fuera de ahí, Estados Unidos ha detectado casos esporádicamente, el último antes de este brote, en 2021. Desde que Reino Unido alertó a principios de mes, este país ha notificado 20 casos confirmados, mientras que en España hay 30 confirmados y se investiga casi medio centenar; Portugal ha localizado al menos 20 casos. Y Canadá y Estados Unidos investigan más de una docena.
¿Cuál es su letalidad?
En la mayoría de las ocasiones la enfermedad no es grave y evoluciona favorablemente por sí misma. En África ha presentado tasas de letalidad de entre un 1% y un 22%, con mayor virulencia entre niños, pero es difícil exportar esas cifras, dadas las diferencias en los sistemas sanitarios y la capacidad de atención temprana. Según un artículo del catedrático en Microbiología Raúl Rivas González en The Conversation, los individuos infectados en Europa tienen la variante del virus procedente de África occidental, “que es leve en comparación la de África central”. Ninguno de los casos detectados en este brote ha terminado en fallecimiento.
¿Hay tratamiento?
No existen tratamientos específicos para esta enfermedad. Rivas González apunta a que antivirales como cidofovir y ST-246, así como inmunoglobulinas específicas, pueden ser utilizados para controlar los brotes.
¿Existe vacuna?
Tampoco hay una vacuna específica, pero la de la viruela —que dejó de administrarse en España en los años ochenta, cuando esta enfermedad dejó de ser una amenaza— parece otorgar una protección superior al 80%. El Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) ha recomendado este jueves que las personas de alto riesgo que hayan estado en contacto estrecho con otras infectadas por la viruela del mono sean vacunadas.