El 78% de la población mundial mayor de 10 años posee un teléfono celular, según un informe de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), basado en datos de la ONU. Con cerca de 8000 millones de habitantes en el planeta, el número de dispositivos móviles en uso es asombroso. Pero, ¿son seguros estos teléfonos respecto a la radiación que emiten?
Rodolfo Touzet, doctor en Radioquímica y especialista en Seguridad Radiológica, advierte sobre los riesgos para la salud que puede acarrear el uso frecuente de teléfonos móviles debido a la radiación por radiofrecuencia (RF). Esta preocupación se basa en múltiples estudios científicos, algunos de los cuales han demostrado un vínculo entre la exposición prolongada a RF y el cáncer.
Aunque una revisión reciente de la Organización Mundial de la Salud (OMS) no encontró una relación directa entre el uso de móviles y enfermedades graves, Touzet destaca la Declaración de consenso de expertos de 2020, que señala que las radiaciones no ionizantes (RNI) pueden generar efectos negativos en la salud. Este informe, respaldado por 110 estudios, sugiere que la exposición prolongada a RF podría aumentar el riesgo de cáncer, como el glioblastoma multiforme (GBM), un tipo agresivo de cáncer cerebral.
La clasificación de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) incluye la radiación por RF en el Grupo 2B, es decir, como un posible cancerígeno para los humanos. Sin embargo, estudios recientes, como el realizado por el Programa Nacional de Toxicología de EE. UU. en 2018, han sugerido que el riesgo podría ser mayor de lo que se pensaba inicialmente, solicitando una reevaluación para incluir la radiación en el Grupo 1 como carcinógeno humano reconocido.
Recomendaciones para el uso de celulares
Touzet aconseja limitar el uso del móvil cerca de la cabeza, preferir los auriculares y evitar tener el teléfono en la mesa de luz al dormir. Además, advierte que hablar una hora con el celular en la oreja es más perjudicial que realizarse diez radiografías.