Lady Diana, conocida como la Princesa de Gales, fue una figura emblemática de la realeza británica, nacida el 1 de julio de 1961. Su matrimonio con el príncipe Carlos en 1981 la catapultó al centro de la atención mediática global. Diana no solo fue admirada por su estilo y elegancia, sino también por su profunda labor humanitaria, especialmente en la lucha contra el VIH y la eliminación de minas terrestres.
Su trágica muerte en un accidente automovilístico en 1997 conmocionó al mundo, pero su legado sigue vivo, simbolizando compasión y compromiso social.
Las flores han jugado un papel significativo en la vida y memoria de Lady Di. Conocida por su amor por la jardinería, Diana tenía un especial interés en las rosas, llegando a tener una variedad nombrada en su honor: la “Rosa Princesa de Gales”.
Tras su fallecimiento, millones de personas depositaron flores en su mansión de Kensington como muestra de duelo y homenaje. Estas flores no solo representaron la belleza y fragilidad que muchos asociaban con Diana, sino que también se convirtieron en un símbolo de esperanza y renovación.
Entre las flores favoritas de la Princesa Diana estaban las nomeolvides, conocidas por sus delicados pétalos azules y rosas. Estas flores, que crecen altas y robustas, se convirtieron en las predilectas de Diana después de recibirlas de un familiar cercano. A más de 25 años de su muerte, estas flores siguen ocupando un lugar especial en el corazón del pueblo británico y en la historia de la realeza.
En el Palacio de Kensington, hay una sección conmemorativa en el jardín que incluye las flores favoritas de Diana como tributo a su memoria. Sean Harkin, jardinero jefe del palacio, menciona que esta sección no solo incluye nomeolvides, sino también lirios blancos, rosas y otras flores blancas que reflejan los colores preferidos de Diana, así como la clásica rosa inglesa.
A lo largo de los años, la familia de Diana ha mantenido viva su memoria a través de estas flores. Meghan Markle y el Príncipe Harry han jugado un papel importante en este homenaje. En su primer Día de la Madre, Markle compartió una foto en la que se veían claramente nomeolvides en el fondo. Además, durante su boda, Markle incluyó estas flores en su ramo, con algunas de ellas recogidas a mano por Harry del jardín privado del Palacio de Kensington.
En septiembre de 2020, Meghan y Harry visitaron un centro preescolar en California, donde ayudaron a los niños a plantar varias flores, incluidas nomeolvides, como un gesto simbólico en honor a la memoria de Diana.
Las nomeolvides, conocidas científicamente como Myosotis, son flores que, a pesar de su apariencia delicada, poseen una notable resistencia y son ideales para cultivar en el hogar. Su distintivo color azul claro o violeta y su centro amarillo las convierten en un atractivo visual en cualquier jardín o espacio al aire libre.
Estas flores tienen la capacidad de adaptarse a diferentes climas y suelos, lo que ha permitido que sean nativas de diversas regiones, desde Nueva Zelanda hasta Europa. Dentro del género Myosotis existen numerosas especies, como Myosotis arvensis, Myosotis alpestris, Myosotis scorpioides y la más común, Myosotis sylvatica. Estas plantas pueden ser anuales o perennes, lo que les permite florecer durante todo el año en el caso de las perennes, mientras que las anuales embellecen los jardines en primavera.
El nombre popular “nomeolvides” proviene de una romántica y trágica leyenda alemana. Según la leyenda, una pareja paseaba a orillas del Danubio cuando la mujer vio una pequeña flor flotando en el agua. Fascinada por su belleza, le pidió a su enamorado que se la trajera. El hombre se lanzó al río y, aunque logró alcanzar la flor, fue arrastrado por la corriente. Antes de hundirse, lanzó la flor a su amada mientras gritaba “vergiss mich nicht,” que en español significa “no me olvides.” Desde entonces, esta flor ha simbolizado el recuerdo eterno y la fidelidad en el amor.