Sheinbaum frena a Noroña: exige respeto para viuda del alcalde de Uruapan

Desde la conferencia matutina en Palacio Nacional, la mandataria fue clara: antes que la política está la humanidad, y en este momento, dijo, lo que corresponde es mostrar respeto y empatía hacia alguien que acaba de perder a su esposo.

Noroña acusó públicamente a Quiroz de ser ambiciosa, fascista y con intenciones electorales, señalándola incluso de querer aprovechar la tragedia para buscar una candidatura en Michoacán. Las declaraciones generaron tensión inmediata y el tema escaló hasta la presidencia, donde Sheinbaum puso freno al tono confrontativo y recordó que la alcaldesa atraviesa un momento emocionalmente crítico.

“Primero respeto, luego el debate político”

Sheinbaum subrayó que discutir sobre aspiraciones, posturas o diferencias políticas con Quiroz es válido, pero no ahora. Afirmó que los debates partidistas pueden llegar más adelante, sin olvidar que detrás del cargo y la polémica hay una mujer que todavía enfrenta duelo.
Para ella, la sensibilidad debe ser el punto de partida, independientemente del lado al que se pertenezca o de las coincidencias políticas: “todo a su tiempo”, dijo, insistiendo en que la prioridad es la solidaridad humana.

La respuesta presidencial también se leyó como un intento por desactivar un conflicto que crecía entre figuras de Morena, sobre todo porque el caso del asesinato aún está abierto y con reclamos de justicia que no han sido resueltos del todo.

Un mensaje que trasciende la coyuntura

En redes y espacios públicos, el posicionamiento fue interpretado como un mensaje directo a Noroña y al resto del partido: el respeto no se negocia cuando hay víctimas de por medio. La imagen de Quiroz, no solo como alcaldesa sino como viuda reciente, puso sobre la mesa la necesidad de medir palabras en medio de una discusión cargada de dolor y exigencias de justicia.

El episodio dejó claro que, más allá de las diferencias políticas, Sheinbaum apuesta por una línea pública más cuidadosa y cercana con quienes atraviesan situaciones de violencia y pérdida. Porque antes que cualquier disputa electoral, dice, está el reconocimiento de la dignidad humana.