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Puebla

Zacatlán sacude Puebla con su pan con queso reconocido como patrimonio

El Gobierno del Estado recibió de manos de la presidenta de Zacatlán, Beatríz Sánchez Galindo, la copia oficial de la declaratoria de Patrimonio Cultural Intangible para los procesos artesanales del famoso pan relleno con queso, una receta que ha pasado de generación en generación y que es prácticamente un símbolo de la identidad zacateca.


Durante la mañanera en el CIS, el gobernador Alejandro Armenta celebró este reconocimiento y destacó el trabajo de todas las panaderas y panaderos que han mantenido viva esta tradición por más de un siglo. Para Zacatlán, este pan no es solo alimento: es memoria, familia, herencia y orgullo.

Turismo en crecimiento y un Pueblo Mágico que lo está rompiendo

La secretaria de Desarrollo Turístico, Carlos López-Malo Villalón, subrayó que este pan es parte clave de las nuevas experiencias turísticas del estado. La idea es que Puebla no solo ofrezca destinos, sino vivencias que realmente conecten con la comunidad y beneficien a quienes viven del turismo.
Destacó que Zacatlán es el segundo Pueblo Mágico más visitado de Puebla, y que durante la Feria de la Sidra esperan una derrama económica superior a 100 millones de pesos. Además, mencionó que es uno de los municipios con más experiencias comunitarias y el único dentro del Programa de Digitalización “Vamos por México”, lo que demuestra cómo mezcla tradición con innovación.

La historia del pan con queso y el orgullo de quienes lo mantienen vivo

Según explicó la presidenta municipal, el pan relleno con queso surgió alrededor de 1910, convirtiéndose en un legado que ha pasado por más de 120 años de tradición. Para la comunidad, este pan representa identidad, pertenencia y la unión de las familias zacatecas.
El representante de la Asociación de Pan de Zacatlán, Lorenzo Díaz Cortés, aseguró que este nombramiento es un enorme orgullo para todas las manos que amasan esta tradición. Señaló que el reto ahora es conservar la calidad y la esencia que lo han hecho especial desde hace tantas décadas.
Su mensaje final fue claro: cualquier panadería de Zacatlán hace buen pan, porque todo el pueblo carga con el mismo amor por su historia y su sabor más representativo.