Comida festiva preparada para las celebraciones. Fotografía cortesía de Tyler Jones, UF/IFAS.

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Guía UF para festejar sin gastar de más ni llenar la basura en Navidad

La temporada decembrina suele ser deliciosa, emotiva, familiar… y a veces un caos de basura, gastos enormes y kilos de comida que terminan en el bote.

Frente a eso, los expertos de University of Florida Institute of Food and Agricultural Sciences (UF/IFAS) salieron con una guía directa para pasar festividades más tranquilas, sabrosas y responsables. Su mensaje es claro: se puede disfrutar sin vaciar la cartera ni desperdiciar comida, solo hace falta planear mejor y saber qué hacer con cada ingrediente desde antes de encender el horno.
Brenda Marty-Jiménez insiste en algo básico pero que casi nadie hace: pensar con antelación. Para ella, la clave del ahorro está en el menú, en comprar con lista y evitar compras impulsivas, y sobre todo en saber qué pasará con las sobras. Muchos cocinan de más y luego no saben qué hacer con lo que queda, pero con un plan previo todo cambia: compartir platillos, congelar porciones y reutilizar alimentos en siguientes comidas puede salvar mucho dinero.

Restos de comida y desechos del jardín para hacer compost. Fotografía cortesía de Camila Guillen.

Seguridad alimentaria, el punto que pocos consideran

El desperdicio no solo viene del exceso, también de la comida que se echa a perder por manipulación incorrecta. Josey Pearce Keener recuerda que uno de cada seis estadounidenses sufre intoxicación alimentaria al año, y buena parte ocurre en estas fechas. Sugiere descongelar carnes en refrigerador o agua fría, cocinar a temperaturas seguras y no dejar alimentos afuera más de dos horas. Parece detalle menor, pero si una cena Navideña se maneja mal, puede terminar en el bote —y peor aún, en un hospital. Un termómetro de cocina puede ser el héroe silencioso del menú.

Prácticas para reducir los desechos durante las festividades. Fotografía cortesía de Cat Wofford, UF/IFAS.

Compostaje: el paso final para una celebración más verde

Cuando la mesa queda vacía, queda la pregunta: ¿tirar o transformar? Aquí entra Mica McMillan, quien recuerda que alrededor del 30% de los alimentos en EE. UU. terminan desperdiciados. El compostaje casero puede cambiar el panorama: restos de frutas, vegetales, cáscaras, mazorcas y hasta café pueden convertirse en nutrientes para plantas y jardines. El truco es mezclar restos ricos en nitrógeno —como recortes de césped— con hojas secas o ramas que equilibran la mezcla. Eso sí, nada de lácteos o carnes, porque la sal y la grasa perjudican el proceso.
Al final, esta guía no trata de eliminar el festejo, sino de disfrutarlo con cabeza, con menos estrés, menos basura y más sabor. Fiestas felices no tienen que significar bolsas llenas y presupuestos rotos, sino mesas llenas de comida bien pensada, compartida y aprovechada.

Revisión de la temperatura de carne cocida para garantizar su seguridad alimentaria. Fotografía cortesía de Tyler Jones, UF/IFAS.