Polémica en Tianguistengo: alcalde celebra lujosa fiesta pese a pobreza
03
Sáb, May

Foto: Cortesía

Estados

Polémica en Tianguistengo: alcalde celebra lujosa fiesta pese a pobreza

Pachuca, Hgo. - En medio de una fuerte polémica por el gasto y la sensibilidad social, Febronio Ramírez, alcalde de Tianguistengo, Hidalgo, celebró los 15 años de su hija, Melani, contratando al conocido cantante de narcocorridos Alfredo Ríos, El Komander, en una fiesta que reunió a casi mil invitados, mientras su municipio enfrenta graves rezagos.

Un festejo de lujo en un municipio con pobreza extrema.

El evento se realizó en el municipio de Zacualtipán y contó con la presencia de figuras políticas como el edil de Zempoala, Sinuhe Ramírez Oviedo, y el comisario de la Policía Estatal, César Meléndez.

La ostentosa celebración generó indignación entre los pobladores de Tianguistengo, quienes señalaron el contraste entre el despilfarro y las condiciones de pobreza del municipio, donde el 52.4 % de la población vive en pobreza y 26 % en pobreza extrema.

Exigen transparencia en el uso de los recursos.

Los habitantes expresaron su preocupación ante la posibilidad de que el gasto haya sido cubierto con fondos públicos, por lo que solicitaron a las autoridades una aclaración inmediata sobre el origen del dinero utilizado para la celebración.

Tianguistengo también enfrenta limitados accesos a servicios de salud y condiciones precarias de vivienda, lo que acentúa el descontento social por el derroche del alcalde.

Acusaciones de nepotismo y antecedentes políticos.

Febronio Ramírez ha ocupado la presidencia municipal en dos ocasiones, primero bajo el extinto Partido Encuentro Social y actualmente con la coalición de Nueva Alianza y Morena para el periodo 2024-2027.

Su gestión no ha estado exenta de críticas, ya que se le acusa de nepotismo, con al menos cinco familiares en cargos municipales, entre ellos su esposa, sobrino y hermana.

Además, su hermano, Crisóforo Ramírez, también fue presidente municipal hasta su fallecimiento en 2022.

La opulencia del festejo contrasta con la dura realidad que enfrenta la población de Tianguistengo, reavivando el debate sobre la ética pública y el uso responsable de los recursos en uno de los municipios más rezagados de Hidalgo.