Comida corrida: la tradición mexicana que sigue conquistando paladares
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Lun, Mar

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Comida corrida: la tradición mexicana que sigue conquistando paladares

La comida corrida es un pilar de la gastronomía mexicana. Se trata de un menú completo, económico y casero, disponible en fondas, cocinas económicas y pequeños restaurantes.

Su estructura bien definida y su sabor inconfundible han hecho que perdure a lo largo del tiempo, adaptándose a las necesidades de los comensales.

Origen de la comida corrida

El término "comida corrida" nació en México a principios del siglo XX en las fondas y cocinas económicas. Su propósito era ofrecer un servicio rápido y accesible para trabajadores y oficinistas con poco tiempo para comer.

A diferencia de los restaurantes tradicionales, donde los clientes eligen entre varios platillos, la comida corrida se basa en un menú del día con opciones limitadas pero bien equilibradas.

La expresión "corrida" hace referencia a la rapidez del servicio, en el que los platillos se sirven en sucesión rápida. Este concepto es similar al "menú del día" en otros países, pero con el sello característico de la cocina mexicana.

Evolución y variaciones en México

Desde sus inicios, la comida corrida ha evolucionado, adaptándose a distintas regiones y establecimientos:

  • En la Ciudad de México, es común encontrar arroz rojo, caldos y guisados como picadillo o bistec a la mexicana.
  • En la costa, pueden incluirse mariscos o preparaciones locales.
  • En algunas zonas del país, se integran tamales, nopales y guisos tradicionales.

A pesar del auge de la comida rápida, la comida corrida sigue siendo una opción popular por su precio accesible, sabor casero y equilibrio nutricional.

¿En qué consiste la comida corrida?

El menú de comida corrida tiene una estructura clásica de varios tiempos, diseñada para ofrecer una alimentación completa:

? Entrada: Sopa (de fideos, verduras o crema), consomé o ensalada.
? Arroz o pasta: Arroz rojo, blanco, verde o con frijoles; espagueti con crema y jamón o en caldillo de jitomate.
? Plato fuerte: Opciones como milanesa de res o pollo, albóndigas, chiles rellenos, bistec a la mexicana o cerdo en salsa.
? Acompañamiento: Frijoles refritos o de olla, tortillas y, en algunos casos, guacamole o nopales.
? Bebida: Agua fresca del día, como horchata, jamaica, tamarindo o de frutas de temporada.
? Postre (opcional): Flan casero, gelatina, arroz con leche o algún dulce mexicano.

Este esquema garantiza una comida equilibrada y variada, ideal para quienes buscan una opción nutritiva y accesible.

Más que una comida, un símbolo de identidad

La comida corrida no solo es una opción práctica y económica, sino también una tradición gastronómica profundamente arraigada en la cultura mexicana. Su variedad diaria la convierte en una opción atractiva para clientes recurrentes, mientras que su carácter casero la hace irresistible para quienes buscan sabores auténticos.

En un mundo donde la comida industrializada y rápida gana terreno, la comida corrida sigue siendo un símbolo de hospitalidad y tradición culinaria, un reflejo del México auténtico que se encuentra en cada fonda del país.

 

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