Claudia Sheinbaum denuncia que el Fobaproa operó sin transparencia, sin auditorías adecuadas y con discrecionalidad, favoreciendo la corrupción en el rescate bancario.
La presidenta Claudia Sheinbaum aseguró este viernes que el Fobaproa nunca fue auditado adecuadamente y operó sin reglas caras, lo que permitió la corrupción en el rescate bancario de 1995.
Durante su conferencia matutina, Sheinbaum presentó un informe de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), que indica que el comité técnico del Fobaproa actuó de manera discrecional, sin políticas ni reglas claras que permitieran darle transparencia a sus decisiones.
La presidenta explicó que el problema principal del Fobaproa no fue el rescate bancario en sí, sino que la deuda privada de los bancos se convirtió en deuda pública, lo que significó que los mexicanos tuvieran que asumir la carga. Según Sheinbaum, las reglas de operación fueron totalmente arbitrarias, lo que favoreció la corrupción al no haber ningún control efectivo sobre cómo, a quién, ni cuánto se pagaba.
La mandataria también desmintió las afirmaciones del expresidente Ernesto Zedillo, quien había asegurado que el Fobaproa fue auditado por auditores internacionales. Sheinbaum mostró un documento de la ASF que señala que, en realidad, los despachos internacionales encargados de las auditorías no pudieron emitir una opinión debido a que no se les proporcionó información suficiente y relevante para realizar su trabajo.
En respuesta a las críticas sobre el Fobaproa, Sheinbaum adelantó que el secretario de Hacienda, Édgar Abraham Amador Zamora, dará a conocer en los próximos días los detalles sobre el saldo pendiente de la deuda y cuánto se ha pagado hasta la fecha.
Este tema ha reavivado las tensiones entre Sheinbaum y Zedillo, especialmente después de que el expresidente publicara artículos en los que cuestionaba las reformas al Poder Judicial y acusaba a Morena de tratar de transformar el sistema democrático en un régimen autoritario.
El Fobaproa fue activado en 1995 para darle liquidez a los bancos durante la crisis económica de 1994, pero pronto fue criticado por la conversión de la deuda privada en pública. En 1999, fue reemplazado por el Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB), pero su legado continúa siendo objeto de debate y confrontación.