El terremoto, ocurrido a las 12:50 hora local, tuvo su epicentro a tan solo 17 kilómetros de Mandalay, y su profundidad fue de 10 kilómetros.
El pasado viernes, un terremoto de magnitud 7,7 sacudió varias áreas de Birmania (Myanmar), con el epicentro localizado cerca de Mandalay, la segunda ciudad más grande del país.
Según el gobierno militar birmano, más de mil personas perdieron la vida, 2.300 resultaron heridas y 68 siguen desaparecidas. Además, el terremoto dejó daños significativos en la vecina Tailandia, donde también se reportaron víctimas. El gobierno de Birmania declaró el estado de emergencia en varias regiones afectadas.
El terremoto, ocurrido a las 12:50 hora local, tuvo su epicentro a tan solo 17 kilómetros de Mandalay, y su profundidad fue de 10 kilómetros. El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) fue quien registró el evento sísmico.
En Naipyidó, la capital de Birmania, los daños fueron severos. Una residente de la zona describió la devastación como "el caos" y relató haber quedado atrapada en su casa durante varios minutos debido al sismo.
Las fuerzas armadas birmanas, en el poder desde el golpe de Estado de 2021, han asumido el control de la emergencia en seis zonas afectadas: Sagaing, Mandalay, Magway, Shan, Naipyidó y Bago. A pesar de las dificultades, los equipos de rescate están trabajando para salvar a los sobrevivientes, aunque muchos han informado que carecen de las herramientas necesarias para buscar entre los escombros.
Este terremoto podría ser el más fuerte de la región en los últimos 75 años, Birmania atraviesa una crisis económica y social tras el golpe de Estado de 2021, y los enfrentamientos entre el Ejército y grupos guerrilleros prodemocráticos complican aún más la situación.
A diferencia del ciclón Nargis de 2008, que dejó más de 138,000 muertos y cuya respuesta fue demorada por las autoridades militares, esta vez Birmania ha solicitado ayuda internacional para enfrentar la magnitud del desastre. Sin embargo, las autoridades han destacado que la falta de recursos y la dificultad para acceder a algunas zonas complican las labores de rescate.