Tlaxcala, Tlax.- En la madrugada del 13 de marzo de 2025, a las 03:33 horas, una violenta balacera estremeció la comunidad de San Antonio Atotonilco, en el municipio de Ixtacuixtla de Mariano Matamoros, Tlaxcala.
Según reportes de Arco Seguridad Huejotzingo, varias camionetas se apostaron frente a un domicilio en la calle La Retama, descargando ráfagas de disparos. En el lugar se contabilizaron más de 100 casquillos percutidos, evidenciando la magnitud del ataque.
El incidente ocurrió cerca del camino a Tláloc y los viveros, una zona que ha sido escenario de diversos enfrentamientos en los últimos meses.
Hipótesis: posible disputa entre huachigaseros
Las primeras investigaciones sugieren que el ataque podría estar relacionado con una disputa entre bandas de huachigaseros, grupos dedicados al robo de combustible en la zona limítrofe entre Tlaxcala y Puebla.
La Policía Estatal acudió de inmediato al sitio y, debido a la gravedad del hecho, solicitó el apoyo de la Policía de Investigación. La coordinación del ataque y la cantidad de disparos hacen suponer que se trató de un operativo planeado y no de un hecho aislado.
Antecedentes de violencia en la región
Este evento se suma a una serie de ataques recientes. Hace semanas, en la zona de Tláloc, Puebla, un comando armado irrumpió en una vivienda, dejando un hombre muerto y la fachada del inmueble completamente baleada. Durante el operativo, uno de los presuntos agresores falleció en Ixtacuixtla, y al menos cuatro sicarios fueron detenidos.
Las similitudes en el modus operandi han llevado a especular que ambos hechos podrían estar conectados, formando parte de una escalada de violencia entre grupos criminales.
Incertidumbre y exigencia de justicia
La comunidad de Ixtacuixtla, conocida por su tranquilidad, ahora enfrenta un clima de incertidumbre. Residentes de San Antonio Atotonilco han manifestado su temor ante la posibilidad de que la violencia continúe.
Ante la creciente amenaza, las autoridades de Tlaxcala y Puebla buscan coordinar esfuerzos para frenar la actividad del crimen organizado y devolver la seguridad a la región. La investigación sigue su curso, mientras la ciudadanía exige respuestas y acciones concretas para evitar que la violencia se normalice.