La iniciativa fue presentada por el diputado de Morena, Víctor Hugo Romo, quien destacó que la medida busca eliminar las sesiones presenciales del Consejo Técnico Escolar.
CDMX.- En un esfuerzo por combatir el rezago educativo generado durante la pandemia, el Congreso de la Ciudad de México exhortó a la Secretaría de Educación Pública (SEP) a realizar ajustes al calendario escolar, proponiendo que los últimos viernes de cada mes se mantengan como días regulares de clases.
La iniciativa fue presentada por el diputado de Morena, Víctor Hugo Romo, quien destacó que la medida busca eliminar las sesiones presenciales del Consejo Técnico Escolar (CTE) realizadas en esas fechas, priorizando la continuidad académica.
Razones detrás de la propuesta
El legislador señaló que esta modificación podría beneficiar tanto a estudiantes como a familias trabajadoras, al garantizar días escolares regulares. Según Romo, la suspensión de clases los viernes del CTE ha agravado las brechas de aprendizaje y representa un reto logístico para padres que necesitan alternativas seguras para cuidar a sus hijos durante su jornada laboral.
“Eliminar estos días fortalecerá la recuperación educativa, reducirá el impacto negativo de la pandemia y mejorará los resultados académicos de los alumnos”, aseguró el diputado.
Impacto en la comunidad educativa
El Congreso enfatizó que garantizar la continuidad educativa es esencial para combatir el rezago en áreas clave como lectura, matemáticas y comprensión crítica. Además, mantener un entorno escolar seguro y constante podría beneficiar a las familias trabajadoras al reducir la carga de planificación adicional que implica cada día sin clases.
Aunque la propuesta apunta a optimizar el calendario escolar, su implementación requerirá diálogo con docentes, quienes usan los consejos técnicos para desarrollar estrategias pedagógicas y analizar avances educativos. La SEP deberá evaluar cómo equilibrar estas necesidades con el objetivo de mantener clases regulares.
La iniciativa del Congreso de la CDMX representa un paso hacia la recuperación del aprendizaje perdido durante la pandemia, equilibrando las necesidades educativas y familiares.