Trump mencionó que casi 70 países ya se han puesto en contacto con su gobierno para discutir la posible eliminación de los aranceles impuestos, que incluyen un castigo adicional del 50 % a China.
EUA.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sorprendió este martes al declarar que las naciones afectadas por los aranceles impuestos por su administración "están besándome el trasero" al tratar de negociar un acuerdo para evitar los gravámenes. Durante un evento organizado por el Comité Nacional Republicano del Congreso, Trump expresó:
“Estos países nos están llamando. Están besándome el trasero. Se están muriendo por llegar a un acuerdo: ‘Yo haré lo que sea, señor’”.
La declaración de Trump se produce en medio de una escalada en la guerra comercial, luego de que su administración anunciara nuevas tarifas aduaneras, las cuales entraron en vigor este martes (miércoles en horario estadounidense).
Trump mencionó que casi 70 países ya se han puesto en contacto con su gobierno para discutir la posible eliminación de los aranceles impuestos, que incluyen un castigo adicional del 50 % a China, lo que eleva los aranceles a un 104 % para las importaciones provenientes del país asiático. Además, se establecieron tarifas del 20 % para la Unión Europea (UE) y hasta un 50 % para más de 50 países.
El pasado 2 de abril, Trump calificó como "día de la liberación" el anuncio de los aranceles generalizados del 10 % sobre todas las importaciones provenientes de países con los que comercia EE.UU., medida que comenzó a aplicarse el 6 de abril.
Los países más afectados por los aranceles adicionales son aquellos con importantes superávits comerciales con EE.UU., como la Unión Europea, pero también naciones de Asia como Vietnam, Taiwán, India, Corea del Sur y Japón, que ya enfrentan tarifas elevadas. Algunos países, como Lesotho y Laos, enfrentan aranceles de hasta un 50 %.
Aunque muchos de los países afectados han mostrado disposición para negociar la eliminación de los aranceles, Trump no ha mostrado señales de suavizar su postura. Su estrategia busca presionar a estos países para que acepten las condiciones impuestas por Estados Unidos en la renegociación de acuerdos comerciales.