Tratado de Aguas entre México y EE.UU.: acuerdos, sequía y conflicto
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Lun, Abr

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Nacional

Tratado de Aguas entre México y EE.UU.: acuerdos, sequía y conflicto

El Tratado de Aguas entre México y EE.UU. enfrenta desafíos por sequías, cambio climático y presión agrícola. Conoce su impacto y cómo se regula.

El agua es un recurso natural indispensable para la vida y tiene una alta demanda mundial. Su escasez ha generado tanto conflictos internacionales como acuerdos, como es el caso del Tratado de Aguas Internacionales entre México y Estados Unidos. Este tratado es fundamental para la gestión y distribución del agua en la frontera, donde los dos países comparten ríos vitales para sus economías y comunidades.

El tratado establece que México debe ceder 432 millones de metros cúbicos de agua al año del río Bravo a Estados Unidos, mientras que EE.UU. envía 1,890 millones de metros cúbicos anuales del río Colorado a México. Los ciclos de intercambio son de cinco años, pero en situaciones excepcionales, como sequías extremas, los faltantes deben ser compensados en el siguiente ciclo.

La Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA) es la encargada de supervisar y hacer cumplir este tratado. La CILA está compuesta por dos secciones, una mexicana y una estadounidense, y se encarga de resolver cualquier diferencia entre ambos países sobre el uso del agua en la frontera. Los ingenieros de cada país supervisan de cerca los proyectos y las mediciones de los ríos.

Las sequías han sido un punto de fricción en la implementación de este acuerdo. En 1997, México acumuló un déficit de 1,264 millones de metros cúbicos de agua del río Bravo, lo que generó tensiones políticas entre los presidentes de México y EE.UU., Vicente Fox y George W. Bush, respectivamente. La situación empeoró en 2020, cuando México trasvasó agua del río Conchos para cumplir con sus compromisos internacionales, lo que generó conflictos entre agricultores de Chihuahua y Tamaulipas, resultando en dos muertes.

En respuesta a estos problemas, Estados Unidos se comprometió a brindar ayuda humanitaria a México en caso de que este no pueda garantizar el agua para uso doméstico o público en la cuenca baja del río Bravo, según el Acta 325 de la CILA. Estos acuerdos siguen siendo fundamentales para mantener la paz y estabilidad en la región.